La verdad es que una quiere alegrarse con el triunfo de Pastor Maldonado en el Gran Premio de España de la Fórmula-1, fue emocionante verlo llegar de primero frente a Fernando Alonso y Raikkonen, ver como dos campeones del elitista circuito de carreras alzaban sobre sus hombros a este muchacho maracayero.
Obviemos la discusión ética de lo que le costó a PDVSA mantener a un piloto en el circuito más exigente de carreras -66 millones de dólares según dicen, el 22 % de la escudería inglesa Williams- que sobre este punto nadie se va a poner de acuerdo que si qué falta le harían esos reales a los hospitales y a las escuelas en nuestro desasistido país... o que si la gloria deportiva y el orgullo de ver la bandera de Venezuela en alto no tiene precio, o que si es una inversión publicitaria que ya se pagó al triunfar Maldonado y llevar el logo de PDVSA a millones de televisores del mundo entero.
De verdad que me alegré del triunfo de Pastor porque en esta familia sí somos fanáticos de la Fórmula 1, no creo que emocionarse al oír el "Gloria al bravo pueblo" en Barcelona nos condene a ser patrioteros, y quería seguir alegrándome para ligar al compatriota en las próximas carreras, pero es que el hombre no ayuda, Maldonado lejos de unir al país -como el ejemplo de la Vino Tinto- no hace amagos en intensificar la brecha polarizadora con detalles como impedir que una periodista de Globovisión formara parte de la Video-conferencia ante su triunfo, o no atenderle la llamada a César Miguel Rondón, periodista que siempre apoyó su carrera.
Cada quien tiene derecho a sentir la simpatía política de su preferencia, puede gritar las veces que quiera la consigna: "Patria, socialismo o muerte", pero al alzar la bandera de Venezuela, este piloto triunfador, debería aspirar estar representando a un solo pueblo no solo a quienes hoy le sonríen al Gobierno.
Entonces una se pregunta: ¿el triunfo representado por la bandera de siete estrellas que alzó con orgullo Pastor Maldonado en Barcelona, como bien lo dijo a los pocos minutos de atravesar de primero la meta, estaba dedicado a Venezuela, o solo a la Venezuela rojita?
6 comentarios:
Un comentario, colega: ni la F-1 es un deporte ni PM es un atleta. No podemos confundir deporte con una actividad que si acaso es un multimillonario hobby. Saludos
Colega los pilotos de F-1 alguna destreza tienen que tener, por más que muchos digan que es asunto de máquinas; o por lo menos así asegura el que aquí se despierta a las horas más extrañas los domingos para ver las carreras de F-1. Pero de que un pelao jamás llegaría a la F-1, ahí sí tienes razón ¿Será que el polo va ser la próxima disciplina en ser financiada por la revolución? ¿O las carrera de veleros como en las que participa el Rey de España? ¿En cuál nos anotamos?
Hola Adriana,
En mi opinión el joven Pastor ha dejado en segundo plano su victoria y ha optado por rendir la pleitesía debida a su mentor monetario el presidente, que no presente( casi siempre esta en Cuba dándose radioterapia de la época tardo-soviética)
Tampoco se puede negar que Pastor Maldonado ha recibido una fuerte descarga por las redes sociales no solo por la gran inversión de PDVSA en un país con tantas carencias, sino por el hecho de ser incondicional del oficialismo, pero a la hora de obtener un triunfo de semejante calibre, digo yo, un deportista (o lo que sea para que no se moleste el colega) debe ser mejor que quienes lo critican, y en el caso de Pastor Maldonado, su triunfo lejos de unir a los venezolanos, ha servido para una poco disimulada propaganda oficialista.
Tengo muchos amigos incondicionales fans de Maldonado por su desempeño como piloto, pero en detalles como rechazar una entrevista de César Miguel Rondón, un señor de los medios que siempre lo ha apoyado, solo porque César Miguel es crítico al gobierno, o negarse a que la periodista de Globovisión formara parte de la videoconferencia, es difícil hacer empatía con Maldonado y sus triunfos.
Piki:
Lo más bravo, para mí, es la cara de BOLSA del tercio en las cuñas de PDVSA y el Banco del Tesoro. Si por lo menos tuviera el carisma de Dudamel, pero no, qué va. Cara de bolsa tiene...
De Dudamel a Pastor Maldonado hay un abismo que va más allá del carisma Andrés, Dudamel era es y seguirá siendo un gran director cuyo genio va mucho más allá de la Revolución y no depende de ella, Pastor Maldonado es un piloto con talento que cuenta con uno de los patrocinios estatales más grandes que cualquier figura deportiva pueda soñar. Pero sin la alfombra roja de PDVSA, Maldonado no estaría donde está, haber ganado una carrera no lo hace un fenómeno a lo Ayrton Senna. Quizás por eso tiene que sacar a relucir la cara de bolsa en las cuñas revolucionarias.
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