lunes, 29 de octubre de 2012

Casos excepcionales


Tengo un primo anestesiólogo que cada vez que alguien de la familia le comenta que se va a someter a una cirugía plástica, trata de disuadirlo no por las típicas moralinas: "Somos nuestras pequeñas imperfecciones", "Hay que envejecer con dignidad"... sino que alega razones científicas. Según el primo cualquier intervención quirúrgica, por inofensiva que parezca, conlleva un riesgo, mínimo, pero riesgo al fin; y si las cirugías plásticas no suelen ser intervenciones necesarias, ¿por qué someterse a ese riesgo, por mínimo que sea? Y ahí el primo médico se enfrasca en las típicas moralinas: "Hay que envejecer con dignidad", "Aceptarnos como somos"...
Siempre había pensado que el primo exageraba, si es por eso nadie viajaría porque hay un riesgo que el avión se caiga, o no saldríamos en Caracas sino a lo estrictamente necesario porque ni se diga el riesgo en esta ciudad de que nos atraquen, nos secuestren, y hasta nos maten.
En un país donde la cirugía plástica se ha vuelto casi tan común como la ortodoncia, es muy muy raro -a menos que se busquen cifras en esas clínicas clandestinas y piratas- de pacientes comprometidos por el afán de verse más bonitas, más voluptuosas o sencillamente, ganarle un round a la batalla del tiempo (porque la pelea finalmente se pierde). En lo personal solo conozco una amiga que estuvo durante semanas al borde de la muerte cuando tiempo después de colocarse unas prótesis, le dio una sepsis que se extendió a varias partes del cuerpo.
Como es de esperar, mi amiga y sus familiares estaban furiosos y demandaron al doctor por mala praxis, no sé en qué habrá parado esa historia lo que estoy segura es que aunque mi amiga vio en peligro su vida, y aun si hubiera muerto, su cirujano plástico en esta República Bolivariana de Venezuela ni estaría preso ni habría sido acusado de "Homicidio intencional a título de dolo eventual" como hoy está acusada la doctora Lidisay Galeno, detenida ante el fallecimiento de la magistrado Ninoska Queipo tras una liposucción, la cuarta intervención de cirugía plástica a la que se sometía la presidenta de la sala penal del Tribunal Supremo de Justicia en un año.
De este caso sabemos lo que leemos en la prensa, que ambas mujeres habían establecido un nexo de amistad, que la hermana de la doctora Queipo fue la cirujano encargada de las dos primeras intervenciones, y la doctora Galeno su asistente, antes de tomar la batuta en el nip-tuck de la magistrado.
Hasta ahí coinciden las versiones. La doctora Galeno alega que la doctora Queipo presentó la complicación tras recibir una transfusión de sangre en otra clínica, y la familia Queipo alega que la grasa extraída en la liposucción fue una cantidad imprudente que originó la infección que habría de causarle la muerte a su hermana.
Momento doloroso para ambas familias, para quienes perdieron a esta joven madre de 37 años tras lo que prometía ser una operación de rutina; y para la de una Cirujano a quien el peso de la ley le está cayendo más fuerte de lo que podría ser su responsabilidad médica y humana, porque al ser acusada de Homicidio intencional, el suyo ya no es tratado como un caso de desidia profesional que amerita un juicio en libertad para establecer su responsabilidad en el resultado fatal, intencional significa "intención", como si la doctora Galeno hubiese entrado en el quirófano con el propósito que su amiga Ninoska no saliese con vida de él.
Si mi amiga, con la ayuda de un buen abogado y de acuerdo a la ley, no habría podido responsabilizar a su médico más de mala praxis, la doctora Queipo, gracias a su cercanía al poder, es considerada la víctima de un homicidio.
 ¿La ley se aplica con la misma vara a todos los venezolanos?
"Casos excepcionales" alega la rectora Socorro Hernández para justificar la migración en el Registro Electoral de 101 Psuvistas para ajustarse a las conveniencias electorales revolucionarias. "Casos excepcionales" hoy parece ser el eufemismo de todos aquellos casos que por cualquiera sea la razón, el poder revolucionario está por encima de la lógica, de las leyes y de la constitución.

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