viernes, 24 de septiembre de 2021

Las Cosas Sencillas

  


Hace poco más de un año Milagros Socorro convocó a varios alumnos de sus talleres de Memoria y Periodismo de la Fundación Polar para estrenarse como profesora on line. Como estaba probando esta plataforma para dar clases, escogió a un grupo pequeño, el taller no tendría mayor costo, según la profe, que sufrir la novatada de estar dirigido por quien se inicia en la enseñanza virtual, entonces en auge con el comienzo de la inusitada pandemia. 

Quién nos habría dicho a quienes alguna vez compartimos la cómoda sala de conferencias de la Fundación Polar en los Cortijos, que años después no solo estaríamos aislados en nuestros hogares debido a un virus muy contagioso que podía ser mortal, sino que también estaríamos dispersos por el mundo. Pero como canta Diana Ross: "Ain´t no Mountain High enough" Milagros volvió a reunir a sus alumnos, y una tarde de finales del pasado julio se encendieron en torno a la pantalla de Milagros en una pequeña ciudad escandinava, pantallas desde Caracas, Panamá, Nueva York, Miami, Paris, Maracaibo, Bogotá, Madrid, Medellín... El tema elegido por Milagros para estrenarse en este Taller Virtual fue Literatura Venezolana, cuatro sesiones para trabajar el tema del confinamiento primero en el cuento "La hora menguada" de Rómulo Gallegos, y después en la novela Ifigenia, de Teresa de la Parra. 

  Cuando Milagros me convocó a esta experiencia virtual a finales de Julio de 2021, yo todavía estaba aturdida ante mi reciente viudez, ella no sabía si me sentiría de ánimo. Para mi fue un: "Santo ¿quieres misa?”, qué mejor manera de engavetar por unas horas tanta tristeza que participando de nuevo en una Taller de Literatura con Milagros. 

 Tan novata era Milagros en esto de la educación virtual que no sabía cuánto cobrar, no quería estafar a sus incautos alumnos siendo esta su primera experiencia, sugirió que  donáramos lo que pudieran nuestros bolsillos, o lo que dictara nuestro corazón, a la causa Prepara Familia quienes trabajan con las uñas para ayudar a las madres de los pacientes del Hospital J.M de los Ríos. La profe describió la causa como tender una mano a: "mujeres confinadas por la enfermedad de sus hijos".  

Y aunque Milagros asegurara que ya sus años de profesora estricta e implacable habían pasado, que ahora era una dulce viejecita incapaz de fustigar a sus alumnos cuando no cumplían con las lecturas requeridas, cumplí con mi deber y la primera sesión ya había leído el cuento de Gallegos, además de ver por You Tube el unitario de RCTV de los años ochenta con Marina Baura y Doris Wells como las dos hermanas que viven juntas en un pequeño pueblo en la Venezuela Gomecista, pesado confinamiento de por vida. 

 A pesar de mi tristeza de viuda reciente, estaba muy emocionada de ver caras queridas y poder participar en discusiones literarias, así fuera por pantalla. Ese martes de finales de julio 2021 cuando empezaron a aparecer en el salón de chat pantalla tras pantalla en mi computadora, solo vi una cara del taller de Memoria y Periodismo del año 2002: la periodista Vicglamar Torres (más adelante se incorporó Andreína Mujica). A algunos participantes los conocía de las vueltas que da la vida, a otros no. A muchos les gustó La Hora Menguada, otros preferimos Ifigenia. En lo que casi todos coincidimos fue que la pasamos tan bien esos cuatro encuentros virtuales que Milagros decidió extender el Taller, pero girando el timón de aguas turbias a aguas más felices para trabajar con al autor que mejor representa la alegría de vivir del venezolano: Aquiles Nazoa, aprovechando que en el año 2021, se celebraron cien años de su nacimiento. 

Para esta nueva etapa del Taller, Milagros invitó al director y actor de teatro Basilio Álvarez, e inesperadamente pasamos de ser un taller de Literatura a un Taller Virtual de Teatro, trabajando desde tan diversas ciudades del mundo la esencia y el corazón venezolano con piezas de don Aquiles como “Ay amor cuando yo muera”, su "Credo", "La ratita presumida”, “Las Muñoz Marin”, y otras obras cuyos títulos mi escasa memoria no da para recordar.

De estos encuentros salió una grabación cortesía del Basilio y del grupo teatral Skena que se encuentra en You Tube: Aquiles Nazoa: Las Cosas más Sencillas-100 años.  Confieso que meses después de montada hoy fue que la vi, sufro de miedo escénico, peor aún: de vergüenza escénica, terror a verme en pantalla.  

Me gustó mucho como quedó esta lectura dirigida por Basilio, agradecí que me tocaran pocas líneas, porque mis compañeros de Taller: locutores, escritores y periodistas, tan seriecitos que se veían, asombraron con su talento para las tablas, aunque fueran virtuales. Robándose la escena "Las Muñoz Marín”, entre quienes  destacaba Vicglamar.

Viendo hoy en el montaje a la dulce Vicglamar se me arruga el corazón: tras lidiar una dura batalla, su enfermedad ayer se la llevó. En pantalla hace un año se veía delicada de salud, sin embargo estuvo en casi todas las citas teatrales/literarias desde su hogar en Nueva York, con tan buena vibra y energía como cuando la conocí en el primer Taller de Memoria y Periodismo hace casi veinte años cuando era una joven periodista.

 En la repartición de roles, Basilio como buen director no se equivocó en ver en Vicglamar la inteligencia, chispa y humor para interpretar a una de las safriscas señoras que se encuentran en la tienda Sears, como decía Carola Espada, el equivalente hoy a un bodegón. Una de los momentos más divertidos en el video es cuando uno de los hijos de Vicgalamar aparece photo booming la interpretación de su mamá justo cuando recomienda a su amiga comprar: "La Novela de Beethoven".


Hace unas semanas murió otra querida compañera de nuestro primer taller virtual: Juli Carbonell. A Juli la veíamos por pantalla en su cuarto acostada en su cama, mitad la cara de Juli, mitad el techo, decía que estaba encerrada huyendo "de ese gentío” que era su casa. Con Juli no me tocó la suerte de compartir algún taller presencial, pero la conocía porque era pariente de unos parientes, y a menudo me la encontraba en alguna presentación literaria. Cuando salió publicado: "Margot una caraqueña del Siglo XX", que nació en el primer taller que dio Milagros en la Fundación Polar, sobre las vivencias de mi abuela, Juli me jaló las orejas porque debí haberle dado mayor protagonismo en el capítulo de los artistas al escultor venezolano Francisco Narváez, y tenía razón.  


En la tercera etapa del Taller se trabajó otra novela venezolana muy apropiada por el tema del confinamiento y el éxodo, sabiéndonos repartidos en tantas ciudades del mundo: Casas Muertas de Miguel Otero Silva. Carolina Espada tomó las riendas del proyecto que habría de volverse bastante ambicioso: una lectura dirigida y dramatizada por Carolina a presentarse cuando estuviera en su punto. En este trayecto no participé, emocionalmente no podía darle el tiempo y la seriedad que requería este proyecto, tomaría una dedicación de meses, así que me salí del grupo.  Hace unos días me escribió Carolina para invitarme a la presentación de Casas Muertas por You Tube a beneficio de @preparafamilia, 25 de septiembre, 5 pm, hora de Venezuela.

 

Si yo me rendí a la lectura dirigida de Casas Muertas, Vicglamar no se rindió, trabajó creo que hasta el final en el rol de doña Carmelita. En su honor y en el de Juli, los invito mañana a la lectura dramatizada de Casas Muertas, abajo dejo la invitación, no olviden su aporte a Prepara Familia, ¿Cuánto? Lo que sus bolsillos o su corazón les puedan dar a las luchadoras madres del Hospital J.M de los Ríos.


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