lunes, 4 de abril de 2011

Sextexto



Confieso que desconocía el término “Sexting” (sextexto) práctica entre adolescentes y universitarios de mandarse fotos sexualmente explícitas por mensajería de texto. La palabra la descubrí hace días cuando leí en un artículo de The New York Times la historia de una niña de trece años que se retrató frente al espejo del baño con el torso desnudo y le mandó la foto por celular al chico que le gustaba. La muchacha tenía problemas de autoestima porque las populares del salón la habían escogido como víctima de lo que en Venezuela se conoce popularmente como “chalequeo”. Para colmo de miserias, el ingrato Romeo reenvió su foto semidesnuda a la reina abeja de las chicas malucas, quien a su vez la reenvió a todos sus contactos de celular con el mensaje: “Si les parece que X es una zorra, reenvíen esta foto”. En cuestión de horas el desnudo púber torso estaba en los celulares de media escuela.
Sigo leyendo el artículo y me entero que el sexting en sí no es un delito, siempre y cuando quienes posen sean mayores de 18 años, aun sin el consentimiento de quien sale desnudo en la foto. Pero en el caso de chamos -supuestamente los adalides en sextextear- este es el primer caso al que se le consiguió una vuelta para hacerlo ilegal, y en menos de 24 horas de difundido el Sextexto, tanto Romeo, como la Reina Abeja, y otra chica implicada, todos de 13 años, salieron de la escuela esposados acusados de difundir pornografía infantil.
A la modelo nudista no se le acusó porque según la fiscalía no actúo de mala fe sino de manera inocente en un intento desesperado de tratar de conquistar al apuesto atleta.
El NYT activó un foro de lectores tras el artículo, a los adolescentes les costaba creer que alguien pudiera ir preso por una práctica tan común como lo es compartir entre sí fotos sugestivas de compañeros de escuela. Algunos adultos que se las dan de progre, esos que jamás levantarían la voz por los derechos de libre Internet en países como Cuba y China, clamaron porque al prohibir el sexting entre adolescentes en los Estados Unidos se les estaba coartando la libertad de expresión; por otro lado, los lectores ultra-conservadores se manifestaron indignados porque a los jovencitos implicados finalmente se les levantó la acusación de pornógrafos infantiles a cambio de servicio comunitario, según ellos deberían ir presos; pero la opinión que comparto fue la del lector que se preguntaba si las hoy abuelas que entre los años 60 y 70 quemaron sostenes en pos de la Liberación Femenina, habrán perdido su tiempo porque la mayoría de los adolescentes en el 2011 lo que quieren es ser parte de la colmena que emula un capítulo de la serie 90210.
Quienes piensen que estas cosas no pasan en Venezuela se equivocan, muchos de nuestros tiernos muchachitos gracias a la tecnología al alcance de sus manos les gusta posar y compartir fotos de las cuales más temprano que tarde es muy posible que se arrepientan. Hay quienes sugieren que a los muchachos hay que supervisarlos de cerca en el uso de celulares y redes sociales, pero hay que tener alma de policía. A los míos prefiero hablarles como mamá, decirles que jamás sean malucos, que el chalequeo siempre termina devolviéndose, que crean en eso que llaman karma; y que tampoco sean pendejos, quien se retrata desnudo esperando que se les resguarde la intimidad, se expone a que esto no suceda.
Yo cumplo con decírselos, solo ellos decidirán.

Artículo publicado en El Nacional el sábado 2 de abril de 2011

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Te felicito Piki! Tampoco sabia lo del sexting. Sera que somos de otra generacion?
Gabi

Adriana Villanueva dijo...

Pues tendremos que empezar a sextextear, Gabi, porque eso de pertenecer a otra generación, ni de broma

Néstor Luis González dijo...

Jeje. Excelente.
Encantador final.