Cuenta el anecdotario familiar que siendo profesor de Arquitectura, mi abuelo Carlos Raúl Villanueva raspó a un tesista por escribir en un examen: “Iglecia” y “Gresia”. El muchacho reclamó, porqué lo iba a raspar si ése era un examen de Arquitectura, no de Lengua. Mi abuelo le contestó: “El que escribe Iglesia con c y Grecia con s no merece llamarse Arquitecto”.
Recuerdo esta anécdota porque pareciera que más que nunca los bachilleres se están graduando con terrible ortografía. En la escuela algunos profesores tratan de enmendar el problema restándole hasta 3 puntos a los exámenes que tienen muchos errores ortográficos. Pero en los primeros años de Comunicación Social hay profesores sin clemencia, y son tantos los puntos que quitan, que algunos muchachos quedan debiendo para futuros exámenes.
Razón no les falta, si un Arquitecto que no es capaz de escribir correctamente Iglesia y Grecia no merece llamarse Arquitecto, mucho menos un Comunicador Social se puede dar el lujo de cometer errores ortográficos. Pero tampoco se puede tapar el sol con un dedo, gracias a los correctores automáticos de las computadoras y al afán de la mensajería de texto que todo mensaje los muchachos lo recortan con abreviaciones tipo TQQJ, conocer las reglas de ortografía en el siglo XXI más que algo básico se ha vuelto una disciplina de especialistas.
No sólo los chamos criados entre Macs y PCs pecan de descuido ortográfico, visitando redes sociales como twitter y facebook es fácil darse cuenta que muchos adultos contemporáneos se acostumbraron a ser automáticamente corregidos por sus computadoras y no le prestan mayor atención a la ortografía. Semejante descuido para algunas almas sensibles es difícil de soportar, naciendo un bando de justicieros de la ortografía que también puede ser una plaga, pero a veces no les falta razón porque por Internet se lee cada error que ¡madre mía!.
Hay quienes sabiendo sus limitaciones ortográficas, por ejemplo, no dominar las reglas de acentuación, tratan de disimularlo escribiendo en las redes sociales sólo en mayúsculas, cometiendo doble falta: ignorar los acentos y obviar que escribir en mayúsculas en Internet equivale a gritar. Otros por vergüenza evitan escribir, y algunos no les importa desplegarse en errores creyendo que el contenido de lo que escriben los vale (usualmente, no es el caso).
No me sienta el papel de purista en el lenguaje, disto de ser digna heredera de don Andrés Bello, pero creo que es hora de rescatar la ortografía antes de que la barbarie termine de apoderarse también de la palabra escrita, debemos exigirnos la disciplina de una buena ortografía y no conformarnos con la mediocridad que nuestros alumnos o nuestros hijos escriban Iglesia con “c” y Grecia con “s”.
5 comentarios:
Interesante artículo, pero lamento decirle que arquitecto y comunicador social no son nombres propios y no deberian tener mayúscula.
Que razón tienes Adriana yo la verdad es que no controlo los acentos pero lo mas que me avergüenza es no saber construir frases cuando debiera ir un punto o una coma así que desgraciadamente actúo por intuición, creo que en vez de un curso de informática debiera hacer uno de gramática pues me duele ningunear esta lengua que me permite comunicarme con vos en Venezuela y con otros cuatrocientos millones de hispanófilos.
Un cordial saludo a usted la sigo desde España y espero siga escribiendo
Tu anécdota de Villanueva me recordó una de cuando mi papá daba clases de matemáticas en la Facultad de Arquitectura de la UCV. Uno de sus alumnos escribió "univercidad". Mi papá dejó de leer el examen y le puso 0. Ante el reclamo su respuesta fue la misma: quien escribe universidad con "c" no merece un título de egresado.
Yo le tengo horror a cometer errores ortográficos.
Saludos,
Muchos al leer este artículo dirán: "Cachicamo diciéndole a morrocoy conchudo", mi ortografía dista de ser perfecta, pero es que en twitter y en Facebook se leen frases repletas de horrores ortográficos, pareciera que cada vez nos estamos acostumbrando más a que la mala ortografía sea irrelevante.
Muy buena tu reflexión Adriana,como docente de la cátedra de programación I de la UNEFA, en una oportunidad tuve un altercado con un alumno precisamente por su mala ortografía,quien esperaba la máxima nota en el trabajo presentado, y que en esa ocasión me vi en la necesidad de bajarle algunos puntos por sus faltas.Siempre les doy a mis alumnos mi experiencia personal, y les señalo que no sé todas las reglas ortográficas y que no he conocido la primera persona que las sepa todas, pero creo que la lectura es muy importante, ya que una vez que tu has leído una palabra y deseas escribirla, en ocasiones puedes estar seguro de como se escribe de manera correcta y si no te va a que dar la duda, es hay donde les digo que podemos recurrir a una herramienta muy fácil y sencilla de utilizar como es el RAE.
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