martes, 7 de septiembre de 2010

Por estas calles (2004)



A pesar de vivir tiempos revolucionarios, no puedo evitar sentirme sorprendida de que el ministro de Educación, Aristóbulo Istúriz, forme parte del Comando Maisanta que busca torcerle la voluntad a quienes están considerando cuestionar en el Referendo Revocatorio al Presidente de la Nación. 
Si lo mío con Aristóbulo es casi un despecho se debe a la única vez que crucé mi camino con el líder pepetista fue en un concierto de Yordano en el teatro Teresa Carreño, gracias a un guiño musical del cantante al son de: “ hay algunos que hasta se lanzan pa’ presidente”, la sala Ríos Reyna ovacionó al entonces recién electo alcalde de Caracas que estaba sentado en primera fila.
Parece hace siglos, pero fue hace menos de doce años: todavía recibía imponente el telón de Soto en el Teatro Teresa Carreño... todavía los políticos oficialistas de turno iban tranquilos a ver un espectáculo musical sin temor a ser abucheados... todavía los empleados del teatro podían ostentar la ideología que les viniera en gana sin sentir amenazados sus trabajos... todavía el teatro no se había vuelto un centro de operaciones con las salas abiertas a los antojos de la revolución. 
Sin embargo no eran buenos tiempos, aunque ahora los recordemos como el paraíso perdido, éramos una sociedad hastiada de una democracia corrupta, tan harta que medio país aplaudió cuando un grupo de militares -en lo que llamaron un ataque de dignidad ( los mismos que hoy en el poder a toda disidencia llaman “golpismo”) intentaron derrocar al presidente electo Carlos Andrés Pérez. En ese clima de insatisfacción, Aristóbulo Istúriz, maestro de escuela, derrotó democráticamente a treinta años de bipartidismo, convirtiéndose en una anomalía tropical: un Alcalde al que todos respetábamos.
Reflejo del ambiente hastiado que se vivía a principios de los años noventa fue la novela Por estas Calles, escrita por Ibsen Martínez protagonizada por María Alejandra Martín, de ella sobreviven el dicho de Eudomar Santos: “Así como vamos yendo vamos viendo” que se convirtió en el lema favorito de los venezolanos; y la canción Por estas calles de Yordano, que resume en sus estrofas la descomposición de la sociedad urbana.
El tiempo no ha hecho mella en la canción de Yordano, hoy más que nunca “ hay pillos y malhechores, y en eso sí que no importan credo, raza o colores...”. El teniente que intentó instaurar a la fuerza su revolución "de la dignidad" en 1992, ya tiene cinco años en el poder por la vía democrática, y la corrupción lejos de mermar se ha vuelto impune. El fiscal, el contralor y todos aquellas fuerzas que en gobiernos anteriores eran capaces de darle un parado a la malversación de fondos y al abuso de poder, hoy sólo están al servicio de la revolución.
 Doce años después de Por estas Calles, Ibsen Martínez todavía es una pluma sagaz, Maríale aún actúa en telenovelas, aunque su pasión es el teatro. Yordano sigue haciendo buena música, en su disco Secretos de la noche, canta: “ Permítanme presentarme soy cantante popular, hago lo que yo quiero y no me voy a quejar, vivo de mi trabajo fui inmigrante y qué carajo, en esta tierra yo me quiero quedar, en esta tierra mis hijos crecerán”.
 A quien sí cuesta reconocer es al otrora alcalde, aquel que hace once años en su sonrisa reflejaba la esperanza de una Venezuela mejor, hoy, en lugar de trabajar para la paz y la reconciliación que tanto necesitamos, comanda una batalla que desgarra al país en dos.


Artículo publicado en el diario El Nacional, el 19 de junio de 2004, hoy lo recuerdo ante la infeliz frase de un Aristóbulo en campaña municipal: "O nosotros los liquidamos a ellos, o ellos nos liquidan a nosotros". 


1 comentario:

Anónimo dijo...

Piki:

Chapeau!