domingo, 23 de enero de 2011

Dos librerías cierran la santamaría


La noticia la dio ayer Adriana Bertorelli en Facebook: que la librería Lectura cerró la santamaría, por lo menos su capítulo en el legendario Centro Comercial Chacaíto. Dicen que Walter y su equipo están en busca de un local de alquiler más solidario. Ojalá sea así.
El cierre de Lectura me enguayabó pero no me extrañó, hace menos de una semana paseando por Chacaíto fui a dar la vuelta de rigor a la librería del sótano y la encontré agonizando con los anaqueles parcialmente vacíos. La sección de libros infantiles, donde surtía de niña mi biblioteca con libros de cuentos de hadas del Círculo de Lectores, estaba desmantelada. Ya no quedaban ni los Mortadelo y Filemón que sobrevivieron hasta hace poco. No me atreví a preguntarle a los libreros sobre la salud del enfermo, pero supe que la próxima vez que regresara a Chacaíto lo más seguro es que Lectura ya no estaría.
Y no es Lectura la única librería en cerrar que me remonta a la infancia, Puntos y Comas de la Unidad Comercial La Florida también bajó la santamaría. La librería del señor Fiori, un comercio vecinal sin el prestigio literario de Lectura, influyó mucho en mi amor a la leer porque ahí me surtía de suplementos cuando era niña, y de adulta, de vez en cuando, encontraba un libro viejo con precio de hace 30 años como la Obra Humorística de Andrés Eloy Blanco.


Ambas librerías inauguradas en los años 60 quedaban en proyectos comerciales similares, de cuando se apostaba por un clima de eterna primavera, abiertos a la ciudad, al contrario del cerrado edificio de oficinas y comercios que prevaleció a partir de los años 70 con construcciones tipo Concresa y Centro Ciudad Comercial Tamanaco, y el tipo Mall gringo que llegó a este valle en los años 90 con el primer Sambil. Ya el caraqueño no parece apostar por su envidiable clima sino por la sensación de seguridad que da el ambiente cerrado a la ciudad.
Puede que más de 40 años sea una respetable cifra para la sobrevivencia de un modesto negocio comercial, pero sin duda duele ver cómo las librerías se convirtieron en un animal en extinción, no sólo en Venezuela, grandes cadenas comerciales como Borders y Barnes & Noble se han visto notablemente afectadas por el auge de los libros digitales y la venta por Internet. En el caso de Venezuela estas no serían las razones para su cierre porque el fenómeno de la lectura digital no ha llegado aquí, pero sí tenemos la dificultad para adquirir dólares para importar libros que le ha puesto la soga al cuello a más de una librería.
Hay quien dice que el venezolano no lee, yo creo que por el contrario en nuestro país hay grandes lectores que han logrado la supervivencia contra viento y marea de pequeñas librerías, esas de librero, las únicas capaces de soportar cualquier temporal, por eso tengo fe que Walter encuentre otro punto donde montar Lectura para seguir surtiendo a varias generaciones de lectores, y el señor Fiori pueda volver a subir la santamaría de Puntos y Comas en La Florida donde los niños agarraban ellos mismos sus cartulinas.

5 comentarios:

Adriana Villanueva dijo...

PD: me tomo la libertad de transcribir lo que me escribe Mharía Vázquez Benarroch en mi portal de Facebook: "Walter, nos lo dijo en la feria de diciembre en el Boulevard Alfredo Sadel, que no habrá lectura ya más en físico. Va a abrir una LECTURA en Internet, para traer libros físicos y vender libros electrónicos, adaptándose a los nuevos tiempos, sin problemas de seguridad, alquileres o Seniat.
La librería del Sr. Fiori, no tiene herederos, los han asaltado tres veces en un año y ya no hay clientes suficientes en esa zona, porque ese centro comercial agoniza. Los tiempos pasan y la Caracas del siglo XX va desapareciendo".

maria candel dijo...

De verdad que me uno al duelo por las librerias que cierran. Tengo un recuerdo especial por Puntos y Comas, ahí le compré a mi hija muchos cuentos de pequeña, y poco a poco, los libros pasaron a ser una parte importante de sus juegos, y a crearle interés por la lectura.
Buenos tiempos aquellos.
Un cordial saludo.

Adriana Villanueva dijo...

Así es María, algo increíble de la librería Puntos y Comas es que parecía congelada en el tiempo, el único cambio a la librería de cuando yo era niña en los años 70 era que desaparecieron los suplementos, solía tener la mayor selección que cualquier niño pudiera soñar, mi semana se iba en ellos.

Booklover dijo...

Adriana, me impactó mucho tu comentario sobre "Puntos y Comas". Quizás tú y yo nos encontramos varias veces sin conocernos ojeando los libros de la editorial PLESA que abundaban en el último estante de libros del Sr. Fiori.

Los libros PLESA eran impresos en Barcelona, con un papel único y con un olor que si vuelvo a oler, seguro volveré a mi niñez y primera juventud.

La última vez que pasé por "PyC" ya se presagiaba el destino final de la librería. El CC La Florida venía, literalmente, en picada. Compré dos libros y me despedí del Sr. Fiori con un buen apretón de manos. Cuando volví, recién inaugurado el Luvebras que sustituyó al CADA, ya no estaba.

Sobre Walter y su "Lectura" deseo que ojalá se materialice con éxito el proyecto web. Tantos años de trabajo honesto le preceden. Lo merece.

Adriana Villanueva dijo...

La última vez que visité a Lectura supe que estaba en sus últimos días, aunque quedaban libros, estaba parcialmente desmontada, pero no imaginé que su fin fuera tan rápido, menos de una semana después estaba cerrada.
No me pasó lo mismo con Puntos y Comas, la librería del señor Fiori sufrió mucho los actos de vandalismo que arrasaron con la Unidad Comercial La Florida, si mal no recuerdo en abril de 2002, pero siguió en pie unos años más, difícil tener un negocio en un lugar que como pueblo de vampiros, todos los locales se apresuraban a bajar la santamaría a las 5 de la tarde por el terror a la noche.
Corren rumores que una tercera librería que está desde mi infancia se verá obligada a cerrar porque el gobierno le pidió desalojo, esperando confirmación para decir el nombre.