martes, 21 de julio de 2020

Gloria



En esto del duelo me ha dado por soñar películas, la otra noche soñé que Totoro estaba a mi lado, no ha vuelto a aparecer, hace dos noches soñé que yo era una Gloria venezolana, pero no la Gloria de Sebastián Lelio protagonizada por Paulina García, mujer de 58 años divorciada con hijos grandes que ahogaba su soledad bailando en las discotecas de adultos en Santiago, mucho menos Gloria Bell, también dirigida por Lelio pero con Julianne Moore como la cincuentona asidua a las discotecas de adultos contemporáneos en L.A.
No, la Gloria de mis sueños era mucho más cool, era la Gloria de John Cassavetes del año 1980 protagonizada por Gena Rowlands en su máximo esplendor de "tough cookie", imagino que muchos aquí recordarán a esa Gloria, papel que en los 90 interpretó en un remake sin éxito Sharon Stone.
El otro día vi un meme que con quien te gustaría estar acompañado en una situación de peligro que si Bruce Willis, Jan Claude Van Damme, Steven Seagal, Sarah Connors, la novia de Kill Bill; yo quisiera estar con Gloria, inteligente, de sangre fría, una gran evitadora de intensidades. Para quienes no recuerden la película, o por su edad no la llegaron a ver, se las refresco con la ayuda de Wikipedia porque tengo años que no la veo: una familia es masacrada en su apartamento en el Bronx porque el papá, que era contador de la mafia, testimonió en contra de sus jefes. Sabiendo lo que estaba a punto de suceder la madre le encomienda a su vecina, Gloria, que protegiera a sus hijos que también estaban marcados, y aunque la ácida mujer que había sido amante de un jefe de la mafia hacía alarde que no le gustaban los niños, accede a llevarse al pequeño Phil, un chamo precoz como de siete años, la hija adolescente se niega abandonar a sus padres y muere con ellos.
Cuando le cuento sobre Gloria a mi hijo me dice, pero es igual que Leon, la principal diferencia con el Leon de Luc Besson protagonizada por Jean Reno, es que la niña a proteger era Nathalie Portman que era una cuchura, y el pequeño Phil era feíto, se vestía como el Tony Manero de Fiebre del Sábado por la Noche, lo que los americanos llaman un "Wise crack", de lengua afilada, un adulto en miniatura, pero que en contados momentos de la película inspiraba una enorme ternura porque después de todo era un niño desamparado, que acaba de perder a su familia, y dependía de esa vieja amargada para salvarle la vida.
Y yo en mi sueño era esa Gloria de Gena Rowlands, a pesar que nadie menos Gena Rowlands que yo, quisiera creer que soy más la Gloria de Julianne Moore, pero vamos a sincerarnos, soy más la Gloria de Paulina García. Pero como en los sueños manda el subconsciente, en mi sueño de lo más Gloria a lo Rowlands me veo protegiendo a una bebé como de un año, una bebé cuya vida está en peligro por amenazas de nuestras mafias de narco enchufados y demás bichos, una bebé que apenas conozco, con quien no siento más que una normal empatía porque no es nada mío, pero me toca defenderla poniendo en riesgo mi vida. La bebé no está a mi cargo, solo me toca defenderla, no se ha establecido relación entre nosotras.
Cuando llego a un momento en el sueño de un dilema muy humano: vale la pena arriesgar la vida por una bebé que ni siquiera he cargado, cuando en el sueño me cuestiono: ¿hasta dónde llega mi heroísmo? Porque yo no soy la Gloria de Gena Rowlands, soy Pikivil, poco dada a la violencia y a los asuntos prácticos de la vida (no siento que mis actuales problemas vivenciales sean parte del sueño). Y en esa encrucijada existencial onírica: ¿es el momento de rendirme en salvar a esa bebé y correr por mi vida? o será el momento de inmolarme como Theon Greyjoy en la batalla final contra los zombies por esta bebé desconocida... y como que me debí haber sacrificado porque abruptamente desperté de esa pesadilla, y suspiré aliviada, hay sueños horribles de los que uno se despierta, gracias Dios mío que solo era un sueño, y hay momentos en los que por más que intentemos, no podemos despertar de lo que parece una pesadilla.

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