domingo, 14 de febrero de 2010

En el trabajo de Annie Leibovitz


At Work de Annie Leibovitz no es un coffee table book, esos gigantescos libros de fotografías que regalamos cuando no sabemos qué regalar, es un libro sobrio, mediano, parece una libreta de anotaciones, bitácora de 40 años tomando fotos a celebridades.
La carrera de Leibovitz comienza siendo una estudiante en el Instituto de Arte de San Francisco en el año 1970, cuando el joven editor Jann Wenner la invita a ser fotógrafo de la recién inaugurada Rolling Stone: "Una revista que más que sobre música rock trata sobre la cultura que la rodea". Leibovitz tenía 8 años tomando fotos desde que sus padres le regalaron una cámara a los trece años. Rolling Stone no pagaba mucho pero quién podía tener un mejor trabajo a los 21 años.


At Work tampoco es una biografía cronológica, es temática, breves textos acompañan etapas, montajes y modelos importantes de la carrera de Leibovitz, además de la evolución de su fotografía desde la primera Minolta SR-T 1001 55 mm hasta una Cámara Digital Cannon 35mm, pasando por Nikon, Leica y Mamiya.


 Para Annie Leibovitz cualquier técnica es válida y tiene sus pro y sus contras. Es multifacética: puede ser fotógrafo de guerra como también ganarse la vida con campañas publicitarias, prurito que le costó vencer hasta que se decidió aceptar el contrato de la campaña de American Express, esa que dice: "Tarjeta Habiente desde...". Dato curioso, hasta entonces, a mediados de los años 80, el crédito a una de las fotógrafos más reconocidos del momento no le alcanzaba para ser "tarjeta habiente".


Leibovitz confiesa no ser simpática ni le gusta conversar mientras toma fotos, prefiere trabajar con actores profesionales más que con modelos, porque un buen actor sabe lo que ella quiere desde el principio. Hay actores que ven el narcisismo de tomarse fotos como parte de su carrera, y es una delicia trabajar con ellos, estrellas como Johny Depp y Nicole Kidman. Los actores-actores, como Robert De Niro y Meryl Streep, se sienten incómodos frente a las cámaras, inconformes con lo que consideran una frivolidad del star system.


También le gusta a Leibovitz tomarle fotos a las personas mayores, sus caras tienen mucho qué contar.  El escritor William Burroughs fue uno de sus objetivos favoritos.
Al final del libro la famosa fotógrafa contesta de manera parca las 10 preguntas más frecuentes que le hacen sobre su carrera, siendo la segunda: "¿Cuál es su foto preferida?". Leibovitz dice que ella no tiene fotos preferidas porque le gusta pensar en su carrera como un cuerpo de trabajo indivisible. Pero en otra parte del libro dice que su preferida es una foto que le tomó a su madre donde siente que la está viendo sin un lente de por medio.

 Hace poco se escogieron las mejores portadas de revistas de las últimas décadas, no es casualidad que las dos primeras: Demmi Moore mostrando su cuerpo desnudo a los 8 meses de embarazo (1991) y Lennon desnudo acurrucado a una Yoko Ono vestida de negro (foto tomada el mismo día del asesinato de Lennon) sean del privilegiado ojo de Annie Leibovitz.




2 comentarios:

Isa M Peña O'conn dijo...

interesante el mundo de la fotografia me puedo pasar horas con las fotos de la familia observando, recordando, añorando

Adriana Villanueva dijo...

Decía Susan Sontang en su estupendo libro Sobre la fotografía que éste era el arte más nostálgico