lunes, 26 de septiembre de 2011

En la lucha por la leche


Desde que regresé a Caracas, hace ya casi un mes, no he tenido la suerte de conseguir lo que antes daba por sentado: leche en polvo. Como sea, en lata o en bolsa, de la marca que haya, nacional o importada, entera, descremada o semi-descremada, nanai-nanai, lo único medio similar que  se consigue en los supermercados del este en Caracas es un polvo blanco que venden como "alimento a base de productos lácteos".
La leche fresca es más fácil de encontrar, eso sí, ecuatoriana porque leche nacional casi no hay, pero en casa estamos encantados con la leche ecuatoriana bien cremosa.
Ya daba la leche en polvo como un producto del pasado cual las galletas La India o la Orange Crush, cuando esta mañana, grata sorpresa, la señora María trajo de regalo directamente desde El Güinche, Mariche, lo que hace meses no vemos en un mercado del nor-este caraqueño: un kilo de leche en polvo.
Como ha pasado con tantos otros artículos de la canasta básica que el Gobierno mantiene regulados, es imposible conseguir leche de marcas comerciales a las que los venezolanos estábamos acostumbrados como La Campiña o La Campesina. La leche en polvo que venden en el Mercal del Güinche subsidiada por el gobierno es marca La Casa, y se vende con la advertencia de que este producto solo podrá ser adquirido en Mercal (red de supermercados del Gobierno Bolivariano de Venezuela).
Felices clientes rodeados de bombonas de gas es el logo de la marca gobiernera, con la exclamación: “¡Benditas sean, invencibles madres de Venezuela!”. En la parte posterior del paquete la explicación histórica de cómo “las madres y mujeres en Venezuela, en general, demostraron durante el sabotaje de diciembre de 2002 y enero de 2003 que el carácter productivo de ellas va más allá de las labores del hogar…”  y sigue la leyenda contando como estas esforzadas amas de casa “con sus sacrificios derrotaron la mentira y el golpismo y ¡Salvaron a la patria!”.
Para pagarles a las abnegadas mujeres venezolanas su constancia revolucionaria, hoy un producto de primera necesidad como es la leche en polvo, apenas se consigue en Mercal, es decir la leche en polvo en Venezuela desde hace unos meses es un favor exclusivo de la Revolución y hay que hacer antesala por ella.
Cuenta María que en El Güinche todos los sábados hay mini-conatos golpistas cuando las trabajadoras madres de familias, quienes no solo viven de las “labores del hogar”, se ven obligadas a hacer horas de cola para que les paguen su sacrificio con un kilo de leche en polvo a precio regulado, producto que parece negado a las urbanizaciones de clase media al precio que sea.
En la cola se oyen reclamos que mucha de esta leche, y el aceite vegetal que también escasea -porque de oliva se consigue por doquier- , no siempre van a parar al pueblo sino a los buhoneros y a otras bodegas. La encargada del Mercal las invita de mala manera: "¡Si no les gusta vayan a quejarse a @chavezcandanga!"
 Pero las invencibles madres venezolanas no quieren problemas, solo su kilo de leche, y así las amas de casas desesperadas del Güinche esperan bajo el sol a que les toque su turno, mientras algunas suspiran: “Si el presidente supiera”.

2 comentarios:

Lapa dijo...

A pesar que la desaparición de la insoportable leche en polvo me tiene sin cuidado, si añoro con profunda nostalgia las galletas La India que tú también recuerdas.

Las nueva Maria con chocolate, aún siendo buenas, ni en mil años luz serán como aquellas de mi niñez. Lo único medianamente parecido son las Dark Chocolat Grahams de Starbucks, un producto del imperio.....

Adriana Villanueva dijo...

Aquí se toma leche en polvo con Toddy que el día que el Toddy también desaparezca de Venezuela, ese será el día que hay que apagar la luz. En cuanto a las galletas María de chocolate le roncan los motores, no sé si tanto como las galletas la India, es que yo era muy chama cuando desaparecieron, recuerda Lapa que tu eres mucho mayor que yo.