viernes, 7 de octubre de 2011

La vida de un escritor

Tenía tiempo coqueteando con La Vida de un Escritor de Gay Talese, pero a casi 300 bolívares, no me decidía, un poco cariñosa. Ni siquiera en las ferias de libros bajaba de precio esta edición de Aguilar. Por eso cuando lo encontré en Nueva York en su versión original de la editorial Random House a 11 dólares, no dudé en llevármelo ansiosa de saber detalles sobre la vida y el "cómo lo hace" de uno de los escritores más importantes que ha dado el género de Literatura de No-Ficción.
Se dice que a los periodistas de profesión les cuesta mucho escribir sobre sí mismos, y el caso de este periodista hijo de inmigrantes italianos nacido en el año 1932 en las afueras de Atlantic City, New Jersey, no es la excepción. Si el lector lo que aspira en La vida de un escritor es saber cómo se forjó la carrera de uno de los precursores del llamado Nuevo Periodismo, pronto se dará cuenta de que detalles íntimos de la vida del escritor como el gran amor que se tenían sus padres del que los hijos se sentían excluidos, que fue un estudiante mediocre tanto en la escuela como en la universidad, sus primeros años como cronista deportivo del New York Times, y su matrimonio con una importante editora, son apenas telón de fondo para entrelazar la historia de cuatro temas que durante años obsesionaron a Talese y a los cuales por diversas razones, no lograba ponerles punto final.
Estas cuatro historias son el qué habrá sido de Liu Ying, la futbolista china a la que le atraparon el penal que costó el triunfo a China ante los Estados Unidos en la final del Mundial de Fútbol Femenino 1999; la historia de un edificio empavado en Nueva York que restaurante que abre en él está destinado a cerrar; un pueblo en el Sur de los Estados Unidos víctima de atrocidades racistas; y la historia de la inmigrante ecuatoriana, Lorena Bobbitt, que cercenó gran parte del pene de su marido.
Entre lo que deja Talese dar un atisbo en su vida de escritor es cuando en sus años de estudiante de periodismo en la Universidad de Alabama, sus profesores, periodistas tradicionales de la escuela de las W (who, what, where, when) no entendían el afán del hijo del sastre en aplicar en sus notas de prensa elementos literarios como crear ambiente y usar diálogos, pero sobre todo, ¿acaso este muchacho ignoraba que un periodista jamás debía formar parte de lo redactado?  Pero cuando el joven Talese leyó las crónicas de George Orwell "Down and out in Paris and London" narradas en primera persona, siendo Orwell el personaje principal de sus crónicas, supo que ese era el tipo de periodismo que él pensaba emular, y qué mejor manera para empezar que con la crónica deportiva, que tantas pasiones levanta.
Sin embargo en La Vida de un Escritor, el protagonista, Gay Talese, cede protagonismo a sus historias, o más bien a su infatigable búsqueda de que lo que los editores llaman "historias sin interés" encuentren su manera de despertarlo a la hora de ser contadas.
 ¿Qué mejor descripción de lo que debe ser la vida de un escritor?

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