viernes, 8 de febrero de 2008

Héroes


Los protagonistas de “Héroes”, serie que va por su segunda temporada en el canal Universal, son un grupo de atractivos jóvenes dotados de superpoderes que no saben controlar. Para colmo, son acechados por un asesino en serie ávido de trepanarle el cerebro a la porrista inmune a los accidentes, al enfermero que presentía que podía volar, y a su hermano, el político que vuela como un cohete.
Igual riesgo corren el oficinista japonés que se teletransporta de Tokio a Texas, el policía capaz de leer la mente, el chamo genio y su mamá stripper con doble personalidad.
Pareciera demasiados superhéroes para una serie, pero apenas son el comienzo de una raza que unió fuerzas en la primera temporada para salvar a Nueva York de una catástrofe nuclear.
Quienes crecimos leyendo comiquitas -los norteamericanos los llaman “comics”- nos enganchamos con facilidad con esta nueva generación de superhéroes que mezclan la cotidianidad de Archie con los poderes de Superman. Aunque el hombre de acero en estos tiempos polarizados se ha venido a menos al asociarse su poder ilimitado con propaganda del Imperialismo Yanqui.
El tiempo también ha decantado a los comics, ya los niños casi no los leen y a las comiquitas con pretensiones literarias se les llama “Novelas Gráficas”; vienen empastadas y sus temas seducen a quien se hizo adulto disfrutando oscuros recuadros de violencia. Entre las novelas gráficas traducidas con éxito al cine está “V es por Venganza” (2005) la adaptación de los hermanos Wachowski de la serie de Allan Moore (guión) y David Lloyd (ilustración) publicada en la década de los 80 sobre un anarquista enmascarado que lucha contra un gobierno totalitario.
Ejemplo más reciente de una exitosa novela gráfica llevada al cine es “300”, dirigida por Zack Snyder, basada en la obra de Frank Miller sobre la batalla de las Termópilas. Miller se inspiró para crear esta épica sangrienta en “El león de Esparta” (1962), película que lo impactó en su infancia. No es su primera experiencia en el cine: “Sin City” (La Ciudad del Pecado), tres de sus relatos de violencia urbana fueron llevado al celuloide en el año 2005. Miller escribió el guión y dirigió uno de los segmentos del film. Los otros estuvieron a cargo de Robert Rodríguez y Quentin Tarantino.
Pero ni las novelas gráficas ni la política han logrado jubilar a superhéroes de la talla de Batman, Spiderman y Superman. Por eso, a quienes les preocupa la carencia de superhéroes criollos que retraten y promuevan el socialismo del siglo XXI, les doy la buena nueva que ya se están dibujando: el 13 de abril del 2007, cuando se conmemoraron cinco años del regreso de Hugo Chávez al poder después de un fallido golpe de estado, el diario Ultimas Noticias publicó una página de comiquitas al mejor estilo Marvel promulgando una gesta más heroica que la de los 299 soldados espartanos que sacrificaron sus vidas por salvar a Grecia de los persas.
Financiada por la Alcaldía Mayor, las tiras cómicas comienzan en la autopista del Este de Caracas cuando una multitud “desestabilizadora” empuñando la bandera de los Estados Unidos y vestidos con franelas de I love NY, se dirige al Palacio de Miraflores a exigirle al presidente la renuncia. Desde puente Llaguno valientes hombres armados sólo con su coraje, defienden la revolución mientras francotiradores contrarrevolucionarios usan como carne de cañón a los pitiyanquis.
Los héroes de la comiquita: el presidente Chávez (esbelto, perfilado y guapo como un Max Steele azteca) y el actual alcalde Juan Barreto (una mezcla estilizada de Trotsky con Orson Welles) parecen galanes de “Susy, secretos del corazón”. Quisieran Clark Kent, Peter Parker y Bruno Diaz para un día de fiesta.
En el 2008 la Alcaldía Mayor insiste en idealizar gráficamente al presidente Chávez a niveles de Pedro Centeno Vallenilla, esta vez no como Golpeado sino como Golpista, exaltando en anuncios en la prensa pagados por la Alcaldía el 4 de febrero como Día de la Dignidad Nacional.
Cómo borrar de la imaginería popular que hace apenas dos meses el héroe de plástico yacía desinflado en una tarima en Miraflores.

Artículo originalmente publicado en la revista Contrabando, pero modificado para la ocasión.

2 comentarios:

Alejandro Luy dijo...

Estuve a punto de escribir sobre la imagen salida de la propaganda de la Revolución Cultural China. Lo mas notable son la cantidad de músculos; músculos de la imaginación que no estaban el 4 de febrero cuando era un alfeñique ni ahora que parece…parece, camino de imitar a Orson Wells o a Barreto.

Anónimo dijo...

!Claro que si! Alejandro tiene un gran senbtido del humor. Uno no sabe si la comiquita está sacada de un personaje real, o si el personaje real se ha vuelto una comiquita