lunes, 15 de junio de 2015

En negación (Spoilers alert)


Quizás esté en negación pero a pesar de que la quinta temporada de Game of Thrones cerró con el recién electo Lord Commander con los ojos perdidos en el infinito, tirado en el piso en un charco de sangre tras ser apuñalado por el ala rebelde de los Vigilantes de la Noche, la muerte más obvia de la noche en un capítulo de destinos inciertos, yo todavía me resisto a creer que el capítulo "Mother's Mercy" representó el fin de mi amado Jon Snow.  
A pesar de que George R.R. Martin insista que "Todos han de morir", y que puñalada más puñalada menos ese fue el final del quinto libro de la serie A song of fire and Ice; a pesar de que el director del capítulo de anoche afirme que nada de segundas lecturas: Jon Snow se murió; y que el mismo Kit Harrington, actor que da vida al popular personaje, confirme que al contrario de lo que se especuló en la prensa, no hubo renovación de contrato y no habrá sexta temporada para él, yo insisto que no, que no, que no... el de anoche no puede ser el punto final del supuesto hijo bastardo de Ned Stark.
Y no lo digo porque George R.R. Martin, David Benioff y D. B. Weiss no hayan demostrado innumerables veces a lo largo de cinco libros e igual número de temporadas cuán crueles pueden ser con el destino de sus personajes, que los muy sádicos escritores sean capaces de matar a los habitantes de Westeros con la misma facilidad con la que Shondra Rhymes dispone de los médicos del Hospital Seattle Grace, sino porque al contrario de la creadora de la serie Grey's Anatomy, en Game of Thrones tanto su escritor, como los productores de la serie han construido una estructura dramática cual una catedral donde no hay piedra puesta al azar. 
Es verdad, ya está cansado de advertírnoslos Martin, Valar Morgulis, todos han de morir, y que el muy cínico finalizado el capítulo de ayer como única explicación ante tan dramático final, solo tuiteara la palabra: "Sorry". Pero hasta la más cruel de las muertes en Game of Thrones tiene coherencia dramática y de cierta forma cuando un personaje en la saga de Martin muere, no quedan temas pendientes por resolver. En cambio la muerte de Jon Snow sería como dejar abandonada un ala de la catedral a media construcción. 
Por ejemplo Ned Stark, parecía ser el héroe de esta saga  y fue decapitado al final del primer libro, pero la muerte del patriarca de Winterfell representó que sus hijos habrían de sobrevivir sin su protección para convertirse en héroes de sus propias historias. ¿Habría sido Robb Stark el general que fue, sería Arya la ninja adolescente, habría sufrido Sansa tantas penurias, estarían dados por muertos los más pequeños de la prole, habría llegado tan joven Jon Snow a ser Lord Commander, si Ned Stark no hubiese sucumbido tan pronto a la espada de los Lannister? 
En el caso de Robb Stark, tan bello él, selló su suerte al romper el compromiso con una de las hijas de Walder Frey, casándose el muy tonto por amor. Por eso en el famoso capítulo Red Wedding son masacrados Robb Stark, su mamá, su esposa embarazada, y el séquito completo. A Catelyn Stark en la saga de Martin la reviven como zombie, en la serie no. Parte de la economía de tramas que quizás sabiamente no llegaron a la televisión.
Es cierto que la muerte de Robb Stark nos dejó frágiles emocionalmente, como cuando España resultó eliminada en primera ronda en el Mundial 2014, pero también con la certeza de que tras la muerte de quien se crió como su hermano mayor, Jon Snow sería un serio contendor de esta guerra, si no Alemania, por lo menos Argentina. 
Pero, ¿qué habría de resultar masacrado antes de llegar a la final como le sucedió Brasil? 
Jamás.  
Tanta confianza, por lo menos de mi parte, de la inmunidad de este apuesto personaje era porque si mataban a Jon Snow a media serie quedarían al aire tantas preguntas pendientes sobre el misterio que rodea su nacimiento como sueltos quedaron cabos sobre los náufragos en la serie Lost. Mi teoría favorita y la más lógica era la que sugería que Jon Snow no era hijo de Ned Stark sino producto del amor prohibido de su hermana Lyanna Stark y Rhaegar Targaryen. Si esto fuera así sería sobrino de Daenerys, descendiente de dragones, si no inmortales, con más vidas que un gato. 
Esa es una de las especulaciones que se manejan por las redes sociales, ¿acaso Jon Snow sobrevivirá a las puñaladas como Kalizi sobrevivió al nacimiento en fuego de sus tres pequeños dragones?
Mi teoría es otra, yo apuesto porque la bruja Melisandre habrá de revivir a Jon Snow. Sería su manera de compensar la torta que puso cuando convenció a Stannis Baratheon que la única manera de ganar la guerra era sacrificando a los dioses a su hija Shireen. No sabemos si los dioses habrán visto con buenos ojos semejante sacrificio, pero definitivamente sus soldados no, desertando esa misma noche más de la mitad del ejercito del rey que entre sus triunfos contaba con haber derrotado a los salvajes. El sacrificio de Shireen finalmente habría de costarle a su padre no solo la guerra sino también el fin de la dinastía de los Baratheon. 
Por eso más rayada que un cuaderno cuadriculado, Melisandre regresa derrotada a Castle Black para anunciar que es la única sobreviviente de la singular familia de Stannis. 
"Wishfull Thinking" lo llamarían en inglés, no consigo la traducción exacta en español, pero para mi es wishfull thinking que esta llegada al muro de la bruja venida a menos no sea coincidencia con el atentado a Jon Snow, porque si de las muertes de otros personajes importantes retoñan nuevas historias, la muerte de Jon Snow dejaría tanta incertidumbre: ¿Quién como Jon Snow se ha estado preparando para la llegada del invierno? ¿Quién tiene la capacidad de liderazgo para enfrentarse a los Night Walker cuando recién comienza la amenaza real? ¿Quién se ocupará del tsunami de zombies que se desata de ese lado del muro mientras el resto de los reyes están ocupándose de problemas más triviales como la lucha por el trono de hierro?
¿Los dragones?
Por algo la saga de Martin se titula Una canción de fuego y hielo: El hielo Jon Snow, el fuego Daenerys Targaryen. O por lo menos trato de convencerme yo que estoy en negación ante la posible muerte de Jon Snow. Ni modo, para despejar tantas dudas no nos queda sino esperar más de un año a que regrese la serie de HBO, o a que George R.R.Martin se digne a publicar The wings of Winter. 
Mientras tanto: You know nothing Jon Snow.




1 comentario:

Ivonne Ospina dijo...

Gracias.... yo también sigo en negación absoluta