domingo, 20 de febrero de 2011
Génesis de una escritora
De Maya Angelou supe por primera vez cuando Bill Clinton la invitó a leer un poema en su inauguración como presidente de los Estados Unidos en el año 1993. Desde entonces la imponente (mide 1.80) reina de la literatura norteamericana se ha mantenido fiel a los Clinton, tanto que en la carrera por la candidatura al partido demócrata en el año 2008, a pesar de portar la antorcha de los derechos de los ciudadanos afroamericanos -amiga de Malcom X y de Martín Luther King- Angelou apoyó a Hillary en lugar de a Barack Obama, no por solidaridad femenina sino porque siendo paisanos de Arkansas, le constaba como el matrimonio Clinton había luchado por la igualdad.
Así que yo sabía quien era esta señorona poeta cortejada por el poder demócrata, pero haberla leído, nunca, hasta que cayó en mis manos: "Sé como canta un pájaro enjaulado" (1969) primera parte de una serie autobiográfica que consta de 6 libros que describen los primeros años de vida de quien hoy es considerada como una de las grandes poetas norteamericanas.
Cuando mi hija mayor me vio leyendo "I know why the caged bird sing" me contó que se lo habían mandado a leer en inglés en 4to año de bachillerato, un gran libro para ser leído por un adolescente porque la prosa de Maya Angelou es de una oralidad rica, como si una abuela nos estuviera echando un cuento lejano. Pero este cuento no es tan lejano: el de la segregación racial.
Marguerite Johnson, para acortar Maya, nació en Saint Louis, Missouri, el 4 de abril del año 1928, a los 4 años al divorciarse sus padres fue enviada junto con su hermano Bayle de 5, a vivir con la abuela paterna en Stamp, una aldea de negros en Arkansas que "no era más grande que un supermercado en California". Momma, su abuela, era una mujer próspera gracias a ser propietaria de la bodega del pueblo y a buenos negocios que logró hacer en los años de la gran Depresión.
Cada capítulo del libro es un episodio aparte, en uno de ellos Marguerite recuerda como el primer hombre blanco que aprendió a respetar fue a William Shakespeare, pero que no se enterara su abuela que era blanco, para Momma ningún hombre blanco podía seguir el camino del bien que indicaba el señor.
Es fácil imaginar la división racial, la niña obligada a sentarse siempre en el asiento de atrás del autobús, acostumbrada a oír cuentos de "brothers" que aparecieron muertos con su miembros dentro de la boca solo por atreverse a mirar a una mujer blanca. Lo bonito de la prosa de Angelou es que es sin sentimentalismos, con cierto distanciamiento como si quien estuviera contando sus vivencias no fuera la amiga de Malcolm X, sino la niña Margarita quien se culpa a si misma de la muerte del padrastro que la violó a los 8 años, no debió haberlo acusado. El padrastro solo estuvo preso un día por la violación, poco después apareció muerto de una golpiza presuntamente dada por los tíos maternos de la niña.
No puede haber un horror más grande para una niña que una violación, pero se le acerca cuando Momma se traga el orgullo y lleva a su nieta con dolor de muelas a la parte blanca del pueblo para que la vea un dentista que le debía un favor. El dentista se niega atenderla: "todos tenemos nuestra ética, la mía es que prefiero meter la mano dentro de la boca de un perro bravo antes que meterla en la boca de un negro".
Momma le pide a Marguerite que la espere afuera, la niña se forma una idea de lo que debe estar pasando entre su abuela y el dentista, que en realidad poco tiene que ver con lo que abuela habría de contar que realmente sucedió. Margarite prefiere su versión, quizás entonces se define su futuro de escritora, cuando Maya comienza a modificar la realidad para hacerla más bonita.
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