jueves, 29 de marzo de 2012

Villanueva está de moda



Tenía meses la periodista Faitha Nahmens invitándome a su programa en la emisora Cultural 97.7 FM,  y no coincidíamos, quería que habláramos de Caracas, de mi abuelo, de mis crónicas, de todo un poco, pero cuando ella podía, yo no, y viceversa. Hasta que una noche por fin se dio, coincidiendo con que "Villanueva está de moda" se celebraría dos días después en el auditorio Carlos Raúl Villanueva en la Facultad de Arquitectura. Este evento ucevista tan atípico se trataba de un desfile en el que participarían jóvenes diseñadores venezolanos organizado por un grupo de estudiantes de la Escuela de Comunicación Social celebrando el patrimonio artístico de la Ciudad Universitaria, supuestamente el primer desfile de moda en la historia de la U-U-UCV.
Faitha y su compañero de programa, José Luis Ávila, después de abrir comentando los hechos más relevantes del día, entre ellos los actos vandálicos en la Ciudad Universitaria, me dieron la palabra para recordar el proceso de dos años grabando a mi abuela Margot contándome sobre su vida con Carlos Raúl Villanueva, el abuelo que apenas conocí. Entre anécdotas de cómo se conocieron los abuelos, el origen de  la Ciudad Universitaria en el gobierno de Medina Angarita, y de por qué Jesús Soto solo tiene una pequeña maqueta en el proyecto de Integración de las Artes; transcurrió la primera media hora de programa antes de abrirle paso a los estudiantes de Comunicación Social: Roger Mora y Manuel Zapata, quienes junto a su compañero Aníbal Duverger y la profesora Hilayali Valera, fueron los organizadores de "Villanueva está de moda".
A pesar del contagioso entusiasmo de los muchachos, Faitha, como buena periodista, expuso el escepticismo lógico ante un evento de esta naturaleza en la UCV: ¿cómo compagina un desfile de moda con el combatiente espíritu ucevista?
Muy coherentes en su exposición, Roger y Manuel explicaron que el desfile no era sino un pretexto para llevar la mirada al verdadero objetivo: el proyecto de la Integración de las Artes de la Ciudad Universitaria, donde ningún detalle es casual. Los estudiantes aseguraron sentir una apatía generalizada entre muchos de sus compañeros universitarios, como si no se molestaran en darle una segunda mirada al privilegiado espacio donde estudian.
También este evento es una voz de alerta ante el mal estado en el que está la universidad no solo por razones políticas o presupuestarias, sino también por desidia estudiantil. La idea del desfile basado en las obras de arte de la Ciudad Universitaria fue de la profesora Hilayali Valera, quien tenía años cocinándola hasta que por fin encontró los estudiantes adecuados para llevarla a cabo.
Esa noche en el programa de Faitha y José Luis, como miembro de la familia Villanueva, los organizadores del desfile me extendieron una invitación al evento. Luego me habrían de confesar que lo hicieron por mera cortesía, juraban que no iría.
Qué poco conocen a la más frasquitera de la familia Villanueva. Y el jueves a las 3 de la tarde, como un clavel, la nieta mayor del  "El Arquitecto" estaba haciendo la cola para entrar en el desfile "Villanueva está de moda", en el auditorio que lleva el nombre del abuelo.

                                                                         II



No sé si la impuntualidad es lo usual en este tipo de eventos, la última vez que fui a un desfile de moda fue al de Ángel Sánchez, como en el año 92, justo antes de que el diseñador nacido en Valera, ucevista también, partiera a probar suerte en Nueva York. A las cuatro de la tarde, hora en la que supuestamente comenzaría el desfile, las puertas del auditorio de Arquitectura seguían cerradas. Manuel caminaba nervioso entre el auditorio y el hall de la Biblioteca de la Facultad donde esperaban las modelos, apenas me vio, me presentó a las chicas de protocolo, diciéndome que mis hijas y yo teníamos puestos reservados como miembros de la familia Villanueva. Manuel nos confesó apenado que el desfile comenzaría después de lo pautado porque faltaban unos diseñadores por llegar.
No importa, así aprovecharía para dar una vuelta por la Facultad de Derecho donde dos noches atrás, fuera detonado un artefacto explosivo.


La Facultad de Derecho estaba bloqueada por una cinta amarilla tipo CSI, traté de entrar para tomar fotos, pero nadie me abrió la puerta. Me informaron que estaban suspendidas las clases en la facultad de  Derecho hasta la semana siguiente, lo único que alcancé a ver fue cómo el mural de Víctor Valera se había ahumado con la explosión al igual que un par de años atrás se ahumó el mural de Oswaldo Vigas en el Rectorado cuando los insistentes destructores de patrimonio, incendiaron un carro.
Al regresar a la Facultad de Arquitectura, casi a las 5, la cola para entrar al desfile salía del edificio. Pasadas las 6 fue que comenzó el evento animado por Eleazar Montenegro y Giovanna Herrera, quienes hicieron lo posible porque se oyera el grito de guerra ucevista:"¡u-u-ucv!", con poco éxito.
Se ve que había mucho importado.
Más éxito tuvo el Grupo de Danza Contemporáneo Pisorrojo, muy aplaudido tras el saludo de autoridades universitarias y antes de que aproximadamente 15 jóvenes diseñadores presentaran cada uno con dos modelos su homenaje a las obras de la Ciudad Universitaria.
Vistas de cerca a muchas de estas confecciones les hizo falta técnica y mejores acabados, pero en las fotos se ve como los diseñadores invitados lograron saltarse el estereotipo de la frivolidad de la moda para rendirle un sincero homenaje a la Ciudad Universitaria.





Interpretaciones de Pevsner, Vasarely, Calder, Soto, Manaure, Navarro, Vigas, y hasta el reloj emblema de la universidad, desfilaron por la inusual pasarela.
También se la comieron los muchachos de Desensamblados, cuarteto musical que alegró el intermedio del desfile con una pieza propia, seguida de un rendition de Nirvana, antes de llamar al percusionista invitado y cerrar con Jamming de Marley.
El evento se prolongó hasta pasadas las 8 de la noche, se fue vaciando el auditorio antes de que terminara  el  desfile. La Ciudad Universitaria dista de estar inmune al miedo al acecho de los malandros. Saliendo ilusionados ante la Venezuela posible, tocó enfrentarse a la cruda realidad: caía un palo de agua, el tráfico no se movía y buena parte de Caracas estaba sin luz.
Menos de una semana después de que Villanueva estuviera de moda, la UCV vuelve a estar en pie de guerra cuando encapuchados atacaron la Facultad de Ciencias Económicas y Sociales el pasado martes, rompiendo vidrios gritando consignas ofensivas contra profesores y autoridades.
Por lo visto para algunos la única Venezuela posible es la violenta.




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