viernes, 15 de noviembre de 2013

Pequeño antídoto contra la barbarie


Me obligué a ir al Festival del Libro de Baruta, la verdad es que los ánimos no están para mucho, pero a veces hay que obligarse a salir, la alternativa es hundirse en la depresión de país, y ayer esa depresión tocaba piso porque los venezolanos sabíamos que esa tarde la Asamblea Nacional le daría a Nicolás Maduro la Habilitante para gobernar por Decreto durante seis meses, es decir, la potestad de ser un Dictador. 
Si viene el fin del mundo uno quiere esperarlo con su familia, pero este patadón a la ya tantas veces pateada Democracia venezolana, es bueno recibirla -mientras se pueda- entre pensamientos afines, por eso me dispuse a atravesar la ciudad de norte a sur, que ya es un acto heroico, e ir a la presentación a cargo de Gisela Kozak de la novela El Buen Esposo de Federico Vegas.  
Es mi primera visita a Lecturarte en Baruta, soy del otro lado de la ciudad, por la dimensión de la Plaza Alfredo Sadel, y por la cada vez más complicada situación editorial en Venezuela; me di cuenta que esta fiesta del libro es una fiesta íntima. En ella encontré a una industria editorial cada vez más escuálida, en el sentido literal y no político de la palabra, pero también a una Venezuela intelectual que se resiste a hundirse, y entre sus limitaciones -como la escasez de divisas para importar papel- sigue produciendo libros de calidad con tesón, y por eso esa aciaga tarde azul de noviembre se celebraba la publicación de El buen esposo de Federico Vegas; el sábado presentan La escribana del viento de Ana Teresa Torres (ambas novelas de Editorial Alfa) y Mañana matarás de Fedosy Santaella (Alfaguara). En la Editorial Planeta estaba Simpatía por King Kong de Ibsen Martínez; en el stand de El Nacional el libro de la sabrosa conversa de Boris Izaguirre con Elizabeth Fuentes, y Los héroes son villanos tímidos de mi admirado José Pulido. En el stand de Líder Editores El Arca Criolla: relatos sobre animales de Venezuela de mi pana Alejandro Luy. Extrañé a Ediciones B en la Feria de Baruta, que entre otras novelas ha publicado recientemente Sábanas Negras de Sonia Chocrón y Jezabel de Eduardo Sánchez Rugeles. 
A pesar de ser esta fiesta del libro y del arte una minúscula ventana que se nos abría para sentir que en Caracas todavía podemos llevar una pizca de vida ciudadana, de reunirnos en las plazas y conversar sobre libros y sobre cualquier pendejada, como en cualquier otra ciudad del mundo; en la Plaza Alfredo Sadel ayer se sentía una atmósfera pesada de derrota, casi casi que de velorio, costaba sonreír, solo Salvador Fleján lograba evitar intensidades con su sentido de humor a prueba de saqueos y Habilitantes. 
"¿Para que sirve escribir novelas (o leerlas)?" se preguntaba Federico Vegas cuando le tocó agradecer a Gisela su estupenda lectura de El Buen Esposo, quizás no para mucho, como concluyó quien decía que se es más autobiográfico en la ficción que en la no-ficción y que este Buen Esposo puede ser más histórica que sus novelas históricas porque es una historia contemporánea en esta ciudad herida llamada Caracas. 
Ayer rodeada de mis amigos escritores y de sus esfuerzos literarios en un país que desde hace tiempo a muchos nos cuesta tanto entender, creo que esos esfuerzos de no dejarnos derrotar por la barbarie, son, junto con nuestros afectos, la tablita del naufragio que permite seguir a flote en esta tormenta revolucionaria alimentada de odio que ya va para 15 años, y promete arreciar más fuerte. 
Me fui contenta de Lecturarte, pero no había terminado de salir del estacionamiento de la Plaza Alfredo Sadel, cuando entró la señal de radio en mi carro y se oyó la voz del actual Dictador despotricando en cadena nacional contra "la burguesía parasitaria". 
Me niego a dejarme aplastar por los bárbaros, que acaben con mi espíritu así de fácil, y si el país lo permite, me pienso dar otro antídoto contra la barbarie, celebrando el sábado la entrega del Premio de la Crítica a Liubliana de Eduardo Sánchez Rugeles en la Librería Alejandría II a las 5 pm, y la presentación de La Escribana del Viento de Ana Teresa Torres en Lecturarte de Baruta dos horas después.  

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