domingo, 23 de septiembre de 2012

La fábrica de franelas rojas



Buscando una foto que acompañara mi vieja crónica "Tengo una camisa roja" googleé la frase: "franela roja" y esta fue una de las primeras imágenes que salió. Ilustra el anuncio de una fábrica de franelas rojas en Valencia que ofrece el increíble precio de nueve bolívares por pieza (menos de un dólar al precio del mercado paralelo al oficial), data de junio 2012.
La oferta sigue, hay que apurarse porque sólo quedan un millón de franelas, además, es un precio de lanzamiento pre-electoral... bla,bla,bla...  nada que cualquier otro anuncio que busca vender mercancía, inclusive la del Socialismo del Siglo XXI, no sea capaz de ofrecer.
Lo que llama la atención es que estos afanados obreros planchando las camisas de la PDVSA roja son un par de jóvenes chinos ¿Será esa parte de la famosa alianza chino-venezolana?  ¿Se seguirán en esta fábrica las estrictas normas laborales del Ministerio Popular del Trabajo? ¿O serán menos estrictos porque se está haciendo revolución? ¿Se cambia petróleo por mano de obra para doblar franelas rojas?
Recuerdo la vieja treta de las tiendas económicas en los Estados Unidos, donde aprovechando el precio de la mano de obra casi de esclavos en países lejanos, tienen la posibilidad de vender mercancía barata, lo que presenta un conflicto ético en algunos compradores: ¿Cómo desentenderse que para vender a esos precios hay una verdadera explotación del hombre por el hombre? ¿O what the hell cómo se pagó el sudor tras esta ropa tan linda made in where ever, lo importante es que no duele en el bolsillo del norteamericano medio y se crean puestos de trabajos en las cadenas de las mega-tiendas que las venden?
Mientras tanto en un país que supuestamente no se rige por las inhumanas leyes del Capitalismo salvaje,  diligentes obreros chinos doblan las franelas coloradas que testimonian que desde hace más de diez años, Petróleos de Venezuela no es de Venezuela sino del Gobierno Revolucionario.
Quizás sean jóvenes venezolanos, hay una colonia de origen chino desde hace años radicada en Venezuela y uno de malpensado, pero tampoco es ningún secreto que desde que el actual Gobierno hizo alianza con la República Popular China esta colonia se ha multiplicado, aunque la mayoría de los actuales chino-venezolanos ni siquiera están radicados en este lado del planeta. Quien haya viajado en los últimos años a Europa desde el aeropuerto Simón Bolívar en Maiquetía, se habrá encontrado con un fenómeno particular: los vuelos, sobre todo a París, que salen con frecuencia diaria, van repletos de familias chinas que en español no saben dar ni los "buenos días", pero casi todos salen del país con sus pasaportes venezolanos.
Pareciera que así como rematan la mercancía "Made in China" en los países capitalistas, nuestros pasaportes hoy están en remate, apenas deben costar un voto al color de la camisa de la actual PDVSA.

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