Entre los 5 picks más populares está el de las películas que vemos una y otra vez. Como facebook es una red de autopromoción, quien se las dé de cinéfilo hará una esmerada selección que seguro incluirá clásicos de Hollywood, o autores del cine europeo como Bergman, Visconti, Fellini o Kusturica. Estuve tentada a escoger clásicos por ese estilo; pero mi conciencia no me dejó porque las películas que más he visto estos últimos años, gracias a que a cada rato las repiten en televisión, son el tipo de comedias románticas producidas en los años 90 (conocidas despectivamente como Chick Flics) que ningún cinéfilo serio se atrevería incluir en lista alguna.
Tampoco es que me gustan todas las películas románticas, pero 3 de estas chick flics las asumo como filmes que veo una y otra vez, aunque me arriesgue a que más de un lector cierre Evitando Intensidades con asco y no vuelva a pasar por aquí.
Esta es mi primera lista de películas culposas:
You've got mail (1998) con Meg Ryan y Tom Hanks, dirigida y escrita por Norah Ephron, basada en el clásico de Ernest Lubitch : "The shop around the corner", trata sobre una pareja que se enamora en el mundo virtual sin saber que en el mundo real son adversarios. Katleen (Ryan) posee una librería de vecindario heredada de su madre, negocio que peligra desde que una cadena de librerías le montó una enorme sucursal enfrente. Joe (Hanks) heredero de las megalibrerías, trata de explicarle que no es personal, así es el mundo de los negocios: el pez grande se come al pequeño. Cómo saber que a quien le está dando esta ruda lección de Neoliberalismo Salvaje es a la misma "shopgirl" a quien le sirve de pañuelo de lágrimas en el anonimato de Internet.
Recientemente la volví a ver en Warner Channel, una verdadera prueba de fuerza porque empezó a las 10 de la noche, pero dada la cantidad de comerciales, terminó a la una de la madrugada. Me trasnoché sólo para ver a Katleen diciéndole a Joe, cuando por fin se revelan las identidades de los enamorados virtuales: "Quería tanto que fueras tú". Y eso que Meg Ryan en esta película está especialmente insoportable.
Quien no está en lo absoluto insoportable es Julia Roberts como Julianne en La boda de mi mejor amigo (1997) de P.J. Hogan, la historia de una encantadora crítica culinaria que intenta a toda costa impedir la boda de su mejor amigo Michael (un guapísimo Dermot Mulroney) al darse cuenta que es el amor de su vida, pero se tiene que enfrentar con una rival: Kimmy (Camerón Diaz) que además de rica y hermosa, es todavía más encantadora que ella. Este chick flic sobresale en su género por un excelente casting donde brilla Rupert Everett como George, el amigo gay de Julianne que le canta I say a little pray for you y la acompañará hasta el baile final.
La tercera película que repiten a cada rato en televisión por cable y que no dejo de ver es One Fine Day (1996) dirigida por Michael Hoffman, la historia de Melanie (Michele Pfeiffer) y Jack (George Clooney), un par de divorciados cuyos pequeños hijos pierden un paseo organizado por la escuela, y los padres se ven obligados a compartir su cuidado un complicado día en el que ambos tienen importantes compromisos de trabajo.
One fine day dista de ser una gran película, pero algo tiene que cada vez que la pasan en televisión, subo el volumen y me quedó pegada en la pantalla hasta que los exhaustos papás se rinden de sueño renunciando a una noche de amor mientras los chamos, tras terminar de ver El Mago de OZ, los contemplan desconcertados, y la película se va a off con What a wonderful world cantada por Louis Amstrong.
Tres películas fáciles, complacientes a almas romanticonas, que por alguna extraña razón, para mí son como un imán cada vez que las pasan en televisión.
1 comentario:
Adrianita querida...eres una maravilla!
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