viernes, 19 de diciembre de 2008

La revolución


La Revolución de Isaac Chocrón fue un suceso en la cartelera teatral caraqueña en el año 2007. No tuve la suerte de ver la puesta en escena original del año 71 dirigida por Román Chalbaud con José Ignacio Cabrujas en el papel de Eloy y Rafael Briceño en el rol de Gabriel. Era una niña. Pero he leído que fue un impacto muy grande para la provinciana capital de Venezuela ver en las tablas la historia de dos homosexuales de mediana edad, uno que se transforma en rumbera cubana, y el otro manifestando su abnegación por la diva en decadencia. Entonces La Revolución fue recibida con abucheos. La gente abandonaba el teatro ante aquel festín de plumas y lentejuelas. La tuvieron que cerrar a los pocos días de estrenada. Pocos meses después, la obra de Chocrón fue presentada de nuevo en el teatro Alberto de Paz y Mateo con inesperado éxito, los caraqueños decidieron dejar la pacatería de lado y enfrentarse a la dinámica de este par de seres marginados, uno reprimido y el otro trasgresor, obra que más que sobre la homosexualidad trataba sobre la parálisis de una sociedad. La Revolución de Chocrón era la del alma humana.

Cuentan quienes entonces vieron La Revolución que a pesar de que el que se vestía de traje largo y cantaba boleros era Rafael Briceño, Cabrujas se la comía en el papel del pusilánime Eloy demostrando que no sólo fue un gran dramaturgo, sino también un excelente actor.

En el libro "Isaac Chocrón frente al espejo", Cabrujas le confesó a la periodista Miyó Vestrini que después de 300 funciones de La revolución, no pudo ser el mismo escritor, dejó de creer aquello que le inculcaron sus pares a los 18 años que escribir sobre uno era ser reaccionario, y decidió seguir el ejemplo de Chocrón y buscar: "Mi propio sonido. Lo que me duele, lo que me afecta, lo que me preocupa".

Es posible que sin La Revolución, no hubiera habido un El día que me quieras.

En los años 90 La Revolución se volvió a montar con Gustavo Rodríguez y Mariano Álvarez bajo la dirección de Armando Gota en el Ateneo. Tampoco la fui a ver, no recuerdo por qué razón, tendría algún recién nacido entre brazos.

A la tercera va la vencida, un domingo de mayo fui a ver el montaje de La Revolución del GA 80 con Basilio Álvarez como Gabriel y Héctor Manrique como Eloy. Y más allá de que ambos actores dejaron el alma en escena, lo que más me impresionó fue cómo La Revolución, como toda buena obra de arte, no tiene fecha de vencimiento. Refleja al público que la está viendo, al momento histórico que se está viviendo.

Ugo Ulive fue el "dramaturgista" encargado de revisar el texto. Viendo la obra en Corp Banca, quise descubrir los cambios que hizo Ulive en aquellas referencias que le venían al dedillo a los tiempos que corren, aunque conociendo a Ulive (al igual que Chocrón y Cabrujas, fue mi profesor en la Escuela de Artes) pensé que un hombre de izquierda jamás escribiría, aún en este Socialismo del siglo XXI:"¡Nadie debe olvidar la Habana!", frase que después corroboré que escribió Chocrón refiriéndose a la Habana de Batista, esa que llamaban el burdel del Caribe, pero que el espectador de hoy ante el énfasis actoral y sus propios prejuicios, va directo a La Habana de Castro vía la Venezuela de Chávez.

Sin embargo Chocrón, contra corriente del intelectual venezolano de los años 70, nunca fue simpatizante de la Revolución Cubana, sabía que una obra como La Revolución, con dos "maricos" como protagonistas, jamás pasaría la pacata censura castrista.

Cuentan que de esta Revolución en Corp Banca también se salieron algunos espectadores indignados, ya no por mojigatería sexual, sino porque esta obra escrita hace 37 años, y a la que apenas se le modificaron unas frases y parte del diálogo, sirve de fiel espejo de la Venezuela actual.

Dice Gabriel: "La revolución. Y ya está pasando, está pasando. ¿No la ves? ¿No la sientes? Muévete o te va a triturar, te va a pisar, vas a quedar como colilla de cigarrillo besando el suelo".

Y que conste, eso lo escribió Chocrón en el año 1970.

Publicado en Contrabando, Diciembre 2008.

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