viernes, 9 de mayo de 2008

Dos películas tristes


DOS PELÍCULAS TRISTES

El mejor chiste del anfitrión Jon Stewart en una más aburrida de lo usual noche de Oscar fue cuando ante los temas de las películas nominadas (asesinos, codicia sin límite, embarazo de adolescentes, multinacionales malévolas, la terrible consecuencia de una mentira) aseguró que 2007 fue el año en el que los miembros de la Academia estaban en Prozac.
Y no sólo las nominadas a la mejor película del año son capaces de dejarnos con el ánimo por el piso, algunas que no lograron figurar sino en las categorías a las mejores actuaciones son imposibles de ver sin que después apelemos a un antidepresivo.
Tomemos por ejemplo el más reciente film del director canadiense Paul Haggis, famoso por "Crash" (ganadora del Oscar 2005)y como guionista de "Million Dolar Baby" de Clint Eastwood(ganadora del Oscar 2004), este año los miembros de la Academia ignoraron su "En el valle de Elah" nominando sólo a Tommy Lee Jones como mejor actor principal por el papel de Hank Deerfield, un militar retirado dispuesto a llegar a la más terrible de las verdades para saber porqué su hijo –que sobrevivió Irak- apareció quemado y desmembrado en dear old USA.
Tampoco el público estuvo dispuesto a comer cotufas con mantequilla y tomar coca cola light viendo en pantalla grande cómo la guerra es capaz de volver desalmados hasta a los más nobles muchachos, ni las marramucias de las que son capaces los militares para ocultarlo.
Para su segundo intento como director, Haggis no escogió un tema fácil, y por más que en Hollywood se jacten de liberales y antibelicistas, saben que el sentimiento de gran parte de los ciudadanos norteamericanos es patria o muerte con sus muchachos “abroad”; pero siempre se puede contar con Susan Sarandon para este tipo de películas y esta no es la excepción interpretando a la sufrida madre que perdió a sus dos hijos soldados. También se puede contar con la linda Charlize Theron haciendo lo imposible para verse como una chica cualquiera a ver si le sale otra nominación al Oscar, esta vez como la policía que para demostrar su valor ante sus misóginos compañeros de precinto, ayudará al testarudo padre a descubrir la verdad sobre la muerte de su hijo.
Pero el astro que brilla "En el valle de Elah" eclipsando cualquier cuerpo que se le acerque es Tommy Lee Jones, en una actuación interna, de detalles, sin muecas exageradas ni gritos ni los modismos que últimamente parecen ser necesarios para ganarse un Oscar; no, la cara de roca de Jones apenas cambia de gesto por fracciones de segundos que son suficientes para demostrar el dolor de un hombre al que no sólo se le muere un hijo, sino también una institución.
Otra actuación maravillosa en una película que deja el corazón arrugadito fue la de la nominada al Oscar 2007 como mejor actriz Julie Christie por Lejos de ella (Away from her), primer intento como directora de la joven actriz canadiense Sarah Polley, de tan solo 28 años, quien se estrena con un tema nada juvenil: Fiona (Christie) y Grant (Gordon Pinsent) han tenido baches en sus 44 años de matrimonio pero ya en su retiro dorado en una idílica cabaña en Canadá, se pueden jactar de seguir enamoradísimos y de no haber estado separados ni un día, hasta que Fiona se torna olvidadiza y después de que le diagnostican Alzheimer, decide internarse en un elegante asilo antes de volverse una carga para su marido. Grant, profesor universitario retirado, no está muy convencido de la idea, especialmente cuando la directora de la institución le dice que como período de adaptación, tendrá que pasar un mes sin ver a su mujer. El drama realmente comienza cuando, cumplido el plazo, Grant regresa con un ramo de flores y un libro a visitar a su amada Fiona para descubrir que fue borrado casi por completo de su memoria, siendo suplantado en sus afectos por el más anodino de los pacientes del asilo.
De nuevo nos encontramos con una película en la que no se explota el drama humano con efectos de telenovela, la actuación de Christie es impecable y a sus 67 años es una mujer preciosa que trasmite una clase inigualable, pero quien realmente lleva el peso de la película es Gordon Pinsent como el consecuente marido dispuesto a lo que sea con tal de ver feliz a su mujer.
Tanto En el valle de Elah como Lejos de ella fueron vistas por casualidad.

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