lunes, 14 de septiembre de 2009

El Beau Geste de Beyoncé


No lo estaba viendo, a estas alturas de mi vida, qué me pueden importar los MTV Awards, pero mis hijas adolescentes se habían apoderado de la televisión de mi cuarto porque su hermano veía Los Simpson en la sala. Justo cuando entré para exigir mi territorio de vuelta, me mandaron a callar porque en ese momento iban a  decir quién era la ganadora del mejor video de una interpretación femenina. 
A las nominadas apenas las conocía: Beyoncé, protagonista de Dreamgirls, lo más cercano a una diva de los años 40 en el 2009; Lady Gaga, de quien no podría tararear una canción, pero me da la impresión que es la Cindy Lauper del momento; Katy Perry, cantante de la pegajosa "I kiss a girl and I like it" que a menudo me encuentro tarareando en el mercado para gran vergüenza de mis hijas; Pink ultracool con sus cortes de pelo asimétricos, y Taylor Swift, una linda rubia de 19 años, la más pángola de las nominadas, cuyo video: You belong with me, pasan a cada rato por Sony Entertainment y recuerda las películas de adolescentes gringas estereotipos de Highschool: la nerd que se enamora del papi deportista que está empatado con la frívola porrista.
Esperé a que dijeran el nombre del video ganador, aunque ya había conseguido el desalojo del cuarto. Apostaba por cualquiera menos por Taylor Swift, la pángola catirita, quien al oír su nombre subió medio patuleca de la emoción y tomó el micrófono temblando como una hoja por llevarse este premio de voto popular ante semejante competencia, ella, una cantante de raíces country ganando un premio MTV... 
Unos segundos habían pasado de su discurso, cuando el cantante Hip Hop Kayne West le arrebató el micrófono: "I'm very happy for you", pero se había cometido una gran injusticia: "El de Beyoncé es uno de los mejores videos de todos los tiempos". 
La pobre muchachita se quedó paralizada sin saber qué decir, millones de telespectadores esperábamos el punch line, esto tenía que ser una broma, parte del libreto de un irreverente espectáculo. La cámara enfocaba a Beyoncé entre el público, casi se le desprendía la mandíbula del asombro, como pensando que si esto era una broma, era de muy mal gusto. Supimos que no era planificado cuando Taylor hizo un puchero antes de retirarse con su premio, sin saber qué hacer con él, mientras el público se dividió entre una ovación para ella y una monumental pita para el impertinente cantante.
El animador trató de arreglar el entuerto, le restó importancia con algo así como que cada quien tiene derecho a dar su opinión. La pita fue aún mayor. Me pregunté que habría pasado si en lugar de Taylor Swift, tan conejita, hubiese ganado Pink, o Katy Perry, o Lady Gaga; ¿se habría atrevido West a hacerles semejante desplante?  ¿Habrían tenido la rapidez de contestarle con una ironía? ¿Con un desplante aún mayor? ¿Se habrían dejado arrebatar el micrófono?¿O se lo habrían atestado en la cabeza? ¿Qué habría hecho yo? Sin duda ponerme a llorar. ¿Y si se lo hubiesen hecho a una hija mía? Busco una escopeta y salgo a cazar a ese desgraciado.
El show debe continuar, y a Taylor Swift le tocó presentar su canción en vivo, ahí fue cuando apagué el televisor. La canción no es buena y el video facilón, quizás West tenía razón, no en hacer lo que hizo, humillar a una niña en público, aunque sí en su criterio musical, pero quiénes somos Kayne y yo para cuestionar el voto popular. 
A la mañana siguiente me enteré de que la reina de la noche terminó siendo Beyoncé, quien al ganar el premio mayor, el del mejor video gracias a Single Ladies, recordó lo importante que fue para ella llevarse un MTV Award a los 17 años cuando era parte de Destiny Child, y llamó a Taylor Swift para que disfrutara de su momento. La flaca regresó al escenario vestida de rojo  y terminó un discurso estándar de agradecimiento a productores, abogados, músicos, etcétera, etcétera.
Hoy la voz de Internet se pregunta si el impulsivo Kayne West se recuperará de semejante metida de pata; a los 19 añitos ahora es que le queda por demostrar qué tipo de artista puede llegar a ser Taylor Swift, pero fue Beyoncé, con su Beau Geste, quien se reiteró como la gran reina del Pop.

 

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