Un domingo de ocio creé para Facebook el álbum: "El Che Store" con parafernalia conseguida en Internet de la imagen del Che Guevara, además de algunas fotos tomadas en París y en un par de Sambils . Ya había dedicado a este tema dos artículos que hoy publico en Evitando Intensidades.
PERVIRTIENDO AL CHE
Cuando mi madrina llamó para decirme que me trajo un regalo de París, imaginé que no sería un perfume, ni la paleta de sombras de otoño de Chanel, ni siquiera uno de esos Toblerone gigantes que venden en los duty free; tenía que ser un regalo más original, mi madrina no obsequia lugares comunes, pero los años pasan y aunque uno cree que ya la capacidad de asombro está saturada, al recibir un paquete envuelto en delicado papel rojo lo abrí emocionada pensando: “¡Por fin una pañoleta de Hermés!”.
Casi me desmayo cuando en lugar de la bufanda de seda decorada con herraduras y estribos, encontré una franela con el rostro del Che Guevara y la consigna: “Hasta la victoria siempre”.
Si no conociera bien a mi madrina pensaría que es una criptochavista que decidió salirse del closet político; o peor aún, que cansada de los traspiés de la oposición, se entregó a la fortuna revolucionaria y está abrazando sus símbolos. Pero mi madrina siempre ha sido un tanto extravagante, en las elecciones de 1973 —cuando yo era niña y los adultos a mi alrededor se decidían entre Carlos Andrés Pérez, Lorenzo Fernández y votar nulo—, la muy idealista se esmeraba pintando afiches que decían: “José Vicente para Presidente”. Aunque ese pasado turbio es mejor no recordárselo, porque hoy es de las que considera esta quinta república y a sus protagonistas como una hecatombe a la que hay que combatir con estrategias desconcertantes, por eso me dio la franela del Che como si me estuviera dando un FAL, y en voz baja, haciéndome cómplice de un complot de los que se pagan con la cárcel o el exilio, susurró: “Basta de marchas y de elecciones viciadas, hay que tomar medidas drásticas: vamos a pervertir los íconos de la revolución”.
Debo confesarlo, se me puso la piel de gallina, jamás pensé que mi madrina podía ser un ente subversivo. Una semana después, con la camisa del Che escondida en el fondo del closet para que mi marido no la vea, me pregunto si este iconoclasta plan de contaminación revolucionaria habrá sido orquestado en un laboratorio de guerra sucia de la CIA. Como madre de dos hijas preadolescentes, a las pruebas me remito: en la película Gatubela cuando una madrugada Halle Berry con alma de gata le exige a arañazos a unos vecinos mal encarados que bajen la música, entre los patanes se destaca un gorilón con la franela del Che. En una escena de Confesiones de una adolescente reina del melodrama de Disney (el título y la productora lo dicen todo), la joven estrella Lindsay Lohan luce una franela del Che Guevara fosforescente ultra fashion.
Y no sólo Hollywood se ha encargado de demostrar que los símbolos de la revolución van de la mano de la frivolidad, la moda y el consumismo: antes de que mi madrina me trajera la franela del Che comprada en la exclusiva Rue Rivolí de París, vi una parecida en una vidriera del Sambil de Margarita, por curiosidad entré a la tienda para preguntar cuánto costaba y el precio era tan exorbitante que sólo podría ser adquirida por la más asentada oligarquía bolivariana.
Hasta lástima me da, después de tanto sacrificio, tanto monte y fúsil, ¡para lo que quedó el Che! para que su gesto rebelde adorne el pecho de cualquier oportunista revolucionario.
En cuanto a mí, ni siquiera cuando estaba en edad y en espíritu de idolatrar la iconografía de Ernesto Che Guevara, su rostro barbudo y despeinado me llamó la atención, a la hora de imágenes pop de rebeldía preferí guindar en mi cuarto un afiche del lampiño James Dean. Pero debo cumplir la misión que me encomendó mi madrina, sólo que no sé por dónde empezar a lucir mi franela del Che: si comiéndome un Big Mac, visitando a mi suegra, o en Titulares de Mañana en Globovisión.
Publicado el sábado 23 de octubre de 2004 en el diario El Nacional. Ilustración para Nojile: Rogelio Chovet.
5 comentarios:
Ja!!
Adriana, busca para enriquecer tu album del "Che" la imagen ¿caricatura? que hizo la genial Rayma sobre la boina Lui Vuiton. No tiene desperdicio.
Mua!
Gracias Mitchele, la caricatura de Rayma del Che Vuitton la recorté cuando la ví, pero no sé donde la guardé, si la tienes, ¿me la puedes mandar?
Hola Adriana:
El articulo de "Pervirtiendo al Che" me parece una analogía a esta pseudo revolución que ocurre en el país. Hasta el apodarla de "Bolivariana" hace que quede en la historia como algo muy contrario a los principios del padre de la patria. Tu artículo me parece genial como otros que has escrito.
Un beso
Querida Adriana:
Esto es un ejemplo claro y puro de lo que el capitalismo mas desaforado, morboso y absurdo puede lograr en la sociedad.
Ensuciar la pura y mas contundente figura del idealismo, la figura de la fraternidad, la figura del sacrificio por el otro, de la riqueza de bondad. En sintesis la figura del Che Guevara.
Hombre sublime que entrego su vida por el otro.
Su simbolo de rebeldia tiene que actuar hoy como motor propulsor de ideologia y de revolucion.
Transformar el mundo no es tarea sencilla.
Por eso apoyo 100% la Revolucion Bolivariana y Chavista que hoy se esta forjando en tu pais, en el pais hermano de Venezuela.
VIVA EL CHE!
VIVA FIDEL!
VIVA CHAVEZ!
PATRIA, SOCIALISMO O MUERTE!
VENCEREMOS!
Adriana:
Muy divertida la cronica y muy divertida tu madrina... pero lo mas divertido es el comentario de "Un tal Lucas". Es que no cayo ni una gota en el perol!
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