miércoles, 18 de febrero de 2009

El gran Clint


"¿Por qué no te mudas hombre blanco", le pregunta su anciana vecina en miao. Walt no entiende nada, pero lanza un escupitazo al piso, su forma particular de demostrarle su inmenso desprecio. Y pareciera ser verdad, Walter Kowalski(Clint Eastwood), veterano de la Guerra de Corea y jubilado de la Ford automotriz, como que es el único hombre blanco que queda en este vecindario en Michigan -Midwest norteamericano- cuya población esta dividida en asiáticos, afroamericanos y chicanos; todos con bandas juveniles sectarias y territoriales.  
Gran Torino de Clint Eastwood es la historia de un viudo solitario, y así prefiere estarlo, su única compañía es su vieja perra Daisy, y el único amigo que frecuenta es el barbero italiano a quien visita cada tres semanas. No pareciera que Walt quiere tener a más nadie en su vida: trata con desdén al joven sacerdote a quien su esposa le encomendó salvar su alma, y con indiferencia a sus hijos, nueras y nietos. Cuando su nieta adolescente le pide después del entierro de su abuela, que cuando se muera él le dejé su Gran Torino 1972 -un clásico de la Ford entre quienes conocen de carros-, el abuelo Walt le responde con un despectivo escupitazo al piso.
Irónicamente son sus vecinos adolescentes: Sue y Tao, huérfanos de padre, primera generación americanizada de una tradicional familia miao(o hmong en inglés, grupo étnico oriundo del sudoeste de China), quienes logran con desenfado ganarse al viejo y racista Walt, que a pesar de su reticencia inicial, se convierte en protector de esta familia del vandalismo de las bandas vecinales, en especial, de la patota asiática en la que el líder es un primo del joven Tao que hace lo posible porque el retraído adolescente se una a ella. 
Walter Kowalski es Harry el Sucio jubilado, el rudo entre los rudos, dispuesto a enfrentarse a su destino final que lavará sus culpas del pasado. Dicen que es la última actuación de Clint Eastwood, quien a los 78 años todavía no se retira como director. 
Ojalá que no, porque a nadie le sientan mejor los años que al gran Clint.

2 comentarios:

Alí Reyes dijo...

Clint se superó como director al actor
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Con respecto al referendun
"estamos derribados mas no destruidos"
Carta de San Pablo a los gálatas
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Y si alguna vez se te ocurre, te informo que puedes visitarme a www.tigrero-literario.blogspot.com Creo que es justo, siendo que este servidor está dispuesto a apartar un poquito de tiempo para visitar el tuyo..No sabes cuànto te lo agradeceré

Adriana Villanueva dijo...

Gracia Alí por la referencia a San Pablo. En cuanto a Tigrero lo visito cada vez que me mandas el link, que tienes tiempo que no lo haces.