Todavía se discute con ahínco si el personaje Eleanor Rigby, la famosa canción de Los Beatles compuesta en 1966 por Paul McCartney con ciertos toques de Lennon, existió o no existió. Un charlatán de apellido McKenzie así lo asegura retratándose al lado de la tumba de una Eleanor Rigby fallecida en 1939. El tal McKenzie dice haber sido quien inspiró la canción. Pero ni el padre McKenzie, ni la solitaria Eleanor Rigby son más que homónimos casuales, McCartney insiste que Eleanor Rigby nació de la combinación del nombre de una actriz con el de una tienda; y el apellido del reverendo que escribe sermones que nadie oirá, lo sacó de un libreto de teléfonos. En la primera versión era father McCartney, pero Paul temió que su padre, católico converso, se lo pudiera tomar a mal, después de todo, fue él quien lo enseñó a preocuparse por los menos afortunados, por los abandonados, como lo declaró a The Guardian: " Tuve la suerte de contar con un padre maravilloso, un caballero de la clase trabajadora que nos decía que cediéramos el asiento en el autobús a las personas mayores. Eso me llevó a visitar casas de jubilados. En una de esas casas había un par de ancianas a quienes solía preguntarles si necesitaban que les hiciera la compra. A pesar de ser un muchacho, era consciente de su soledad. De eso trata Eleanor Rigby, del hecho de que alguien muriera y nadie se enterara".
jueves, 13 de noviembre de 2008
Eleanor Rigby
Todavía se discute con ahínco si el personaje Eleanor Rigby, la famosa canción de Los Beatles compuesta en 1966 por Paul McCartney con ciertos toques de Lennon, existió o no existió. Un charlatán de apellido McKenzie así lo asegura retratándose al lado de la tumba de una Eleanor Rigby fallecida en 1939. El tal McKenzie dice haber sido quien inspiró la canción. Pero ni el padre McKenzie, ni la solitaria Eleanor Rigby son más que homónimos casuales, McCartney insiste que Eleanor Rigby nació de la combinación del nombre de una actriz con el de una tienda; y el apellido del reverendo que escribe sermones que nadie oirá, lo sacó de un libreto de teléfonos. En la primera versión era father McCartney, pero Paul temió que su padre, católico converso, se lo pudiera tomar a mal, después de todo, fue él quien lo enseñó a preocuparse por los menos afortunados, por los abandonados, como lo declaró a The Guardian: " Tuve la suerte de contar con un padre maravilloso, un caballero de la clase trabajadora que nos decía que cediéramos el asiento en el autobús a las personas mayores. Eso me llevó a visitar casas de jubilados. En una de esas casas había un par de ancianas a quienes solía preguntarles si necesitaban que les hiciera la compra. A pesar de ser un muchacho, era consciente de su soledad. De eso trata Eleanor Rigby, del hecho de que alguien muriera y nadie se enterara".
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